Mons. Ojea: “Cuando el Señor nos trae la paz, nos trae su seguridad”

Deseándoles la paz a sus discípulos se presenta el Señor en el Evangelio de este domingo, nos dice Mons. Oscar Ojea en su comentario semanal al Evangelio dominical. El presidente del episcopado argentino recuerda las primeras palabras del Resucitado: “la paz este con ustedes”.

La paz primer fruto de la Pascua

El obispo de San Isidro ve en la paz el primer fruto de la Pascua, afirmando que “hoy nos parece esto como una utopía; la paz en un mundo que está en guerra. La paz en un mundo que está viviendo la oscuridad de la guerra”. Por eso se cuestiona sobre el origen de la violencia, algo que ilumina con el relato bíblico de Caín y Abel, “la causa de toda la violencia”. Una historia en la que Caín “comienza a desconfiar que el Señor lo va a seguir queriendo, lo va a seguir eligiendo”.

Según el prelado argentino, “la paz se quiebra y nace la violencia cuando aparece el miedo, la inseguridad, la desconfianza”. Por eso, recordó las palabras de Dios a Caín, en las que le pregunta: “¿Por qué la cabeza gacha?”, insistiéndole en que “si obras bien podrás tenerla erguida, podrás mantenerte de frente, podrás tener esperanza”. Mons. Ojea insistió en que “Caín no escucha esa palabra, corta el diálogo con Dios y enseguida dice ‘vamos afuera’ y va a matar a su hermano”.

Sostenidos por el amor de Dios

Para el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, “lo más tremendo es la consecuencia, que es como el blindaje de la indiferencia del corazón”. Matando a su hermano, “se rompe totalmente la relación, se quiebra la fraternidad, todo por esta profunda inseguridad, este terror de ser aniquilado que es de donde nace la violencia”. Por eso, insiste en que “cuando el Señor nos trae la paz, nos trae su seguridad”, insistiendo en que “la verdadera seguridad para el ser humano es que Dios nos quiere, que estamos sostenidos por su amor, que él ama a cada criatura, que él viene a rescatar ese núcleo de profunda belleza que hay en cada persona humana, que es digna porque Dios la quiere”.

Violencia trae otra violencia

En el amor de Dios, ha destacado el prelado argentino “radica nuestra seguridad y allí comienza nuestra confianza”. Por eso, insistió que “en las relaciones de convivencia podemos construir, solo desde la paz, cuando se ha armado una muralla de desconfianza, de terror y de miedo la reacción es violenta y cuando la violencia se desencadena es tan difícil de frenar”. Algo que “el ser humano ha manifestado a lo largo de la historia que una violencia trae otra violencia y es muy difícil poder volver a un plano de entendimiento”.

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Finalmente, Mons. Ojea ha llamado a abrir el corazón “para poder recibir la paz de Jesús en este domingo que es la plenitud de la Pascua, el octavo día después de Pascua: ‘la paz este con ustedes’. Que podamos recibirla y transmitirla a todas las hermanas y hermanos”.