En un video mensaje, monseñor Pascual Limachi, obispo de la Prelatura de Coro Coro (Bolivia) y Responsable de la Pastoral Familiar en Bolivia, reflexiona sobre la familia como santuario de la vida y modelo de la Iglesia doméstica.
Los desafíos actuales de las familias
El 29 de diciembre, cuando la Iglesia celebra la Fiesta de la Sagrada Familia, monseñor Limachi nos recuerda que la familia fue el espacio elegido por Dios para traer a Jesús al mundo. Según el Evangelio de San Mateo, José, al recibir en sueños el mensaje del ángel, aceptó con fe y valentía su misión: “No tengas miedo de recibir a María como esposa, porque él que ha sido concebido en ella viene del Espíritu Santo, y la Familia de Nazaret se convirtió en un ejemplo para el mundo”.
“Es necesario contemplar la familia Santa de Nazaret, porque hoy vivimos algo contradictorio con la ausencia de valores humanos, cristianos, que causan grandes injusticias y faltas a la caridad. El amor humano debe ser conocido y practicado en la familia”, asegura el obispo.
En su mensaje, Mons. Limachi invita a enseñar y promover los valores en la familia, con el fin de prevenir cualquier daño a la vida humana, en cualquier espacio o circunstancia: “Aprender valores familiares como el trabajo honesto, la paternidad y maternidad responsable por los hijos, no solo cuidando la salud, educación y vestimenta, sino también la educación en la fe, asumiendo protagónica la educación sexual y humana de nuestros hijos, garantizando el compromiso con la vida y la familia”.
María madre y educadora
En este sentido, también resalta la figura de María como modelo de madre, mujer educadora y trabajadora, consciente de la acción de Dios en su vida y en la de su comunidad, llamando a todos a aprender de ella.
Monseñor Limachi invita a mirar hacia la Sagrada Familia de Nazaret, que enfrentó dificultades similares a las que viven muchas familias hoy: “Aprender de una familia que tenía dificultad de levantarse por la mañana e ir a trabajar, como muchas familias de hoy, que no tienen estabilidad laboral a raíz y causa de muchos otros problemas”.
“Muchas familias hoy se ven obligadas a emigrar a causa de la guerra, a causa de las dificultades en el trabajo. Esta Sagrada Familia de Nazaret es un auténtico ejemplo, pues a pesar de todo, ellos se mantuvieron unidos y fieles a la voluntad de Dios”, remarca la autoridad eclesial.
El amor debe ser nuestra luz
El mensaje también incluye una reflexión sobre el rol de las instituciones, muchas de las cuales, lejos de fortalecer los lazos familiares, contribuyen a su ruptura: “Existen instituciones que, en lugar de fortalecer lazos familiares, los rompen definitivamente. La verdad, la honestidad, el amor al prójimo deben ser nuestra luz, expulsando la corrupción, el deseo de triunfo por encima del otro, la justicia no es capricho de nadie, es un derecho que se debe tratar como tal”.
“La familia, así como vive momentos de crisis, también es la fuerza, el motor para superar cualquier dificultad”, afirma el prelado, a tiempo de motivar a que el amor familiar se comparta y se multiplique: “La fiesta de la Sagrada Familia se celebra en el contexto de la octava de Navidad, que nos invita a profundizar en el amor familiar también en las dificultades actuales y a tomar como modelo a Jesús, María y José”.
Monseñor Pascual Limachi extiende una bendición para todas las familias, especialmente las de Bolivia, invocando a la Sagrada Familia.
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