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Panamá: Conozca detalles del papel que cumple la Iglesia católica al actuar como observador electoral

Este domingo 5 de mayo, cuando los panameños acudirán a las urnas para definir quién será el presidente del país durante los próximos cinco años, la Iglesia católica y la Comisión de Justicia y Paz, estarán junto con miembros de Cáritas América Latina y el Caribe, actuando como observadores de las elecciones.

Para hablar del rol que cumplirá la Iglesia como veedora dentro de este proceso electoral, ADN Celam pudo contactar a tres representantes de estas instituciones de la Iglesia quienes compartieron sus experiencias y aprendizajes.

En un primer momento Maribel Jaén, directora de la Pastoral Social – Cáritas nacional y directora de la Comisión de Justicia y Paz en Panamá, se refirió al papel que ha cumplido la Iglesia panameña por más de 35 años como observadora electoral.

La Iglesia genera confianza en el electorado

PREGUNTA. ¿Qué significa para la Iglesia panameña y para la Comisión de Justicia y Paz, esta representación como veedoras en las elecciones?

RESPUESTA. La Comisión de Justicia y Paz hace observación electoral desde 1989. La Iglesia panameña ha jugado un papel muy importante en el proceso de perfeccionamiento de la democracia. Por 35 años hemos estado participando en procesos de observación, generando confianza en el electorado. En el caso de Panamá la Iglesia católica es la institución con mayor confianza de todas las instituciones sociales y la presencia de agentes de pastorales jóvenes observando y monitoreando cómo se desarrolla el proceso, esto genera un clima de confianza a la población.

Vamos a tener 3.500 observadores desplegados a nivel nacional, estos observadores podrán observar 2 mesas, podemos estar hablando de alrededor de 6.000 mesas que van a ser observadas por los representantes de las pastorales sociales, de las comisiones de justicia y paz, de pastorales juveniles y de estudiantes, todos ellos han estado en este proceso de formación, porque esto requiere formación, organización y sobre todo incidencia a través de prácticas como mecanismo de participación ciudadana como es la observación electoral.

Una democracia fracturada en América Latina

P: ¿Por qué desde la Comisión de Justicia y Paz y Caritas Panamá era importante comunicar esta experiencia a la región, es el caso de Caritas América Latina y el Caribe a participar de este proceso?

R: América Latina es uno de los continentes más empobrecidos y desiguales del mundo, donde hay un gran porcentaje de desafección por la democracia. Nuestras comunidades se desarrollan en los países donde se dice que hay democracia, pero esta democracia no llega a resolver y a satisfacer las necesidades de grandes poblaciones.

No podemos conocer el Evangelio, vivirlo, celebrarlo, sino somos testimonios en un mundo tan oscuro de pobreza, de violencia, de agresión al medioambiente, de donde hay una gran cantidad de hermanos que miran por nuestros países, si no hacemos trabajo de incidencia, trabajo de evangelización que significa aportar para la transformación del reino de la tierra y la transformación del reino sobre todo en el ámbito de la política, es recuperar su sentido ético y que el pueblo de Dios comprometido pueda empoderarse y tener la capacidad y el protagonismo necesario para transformar las estructuras del pecado que atraviesa nuestro continente. Esto es lo que nos ha llevado a invitar a conocer esta experiencia a miembros de las Caritas América Latina y el Caribe, para que se vuelvan abanderados de estos procesos.

Un pueblo luchador

P: El alto costo de vida y los contratos para la extracción de cobre han hecho que los panameños se levanten, esto ad portas de las elecciones ¿Cuál es la lectura que hace sobre estas realidades?

R: Nuestro pueblo panameño históricamente ha luchado por la soberanía y la independencia y lo que hemos logrado es gracias a las luchas de las poblaciones. El caso de la minería es algo que reflejaba las luchas de la soberanía de muchos años atrás, entre las décadas del 60 y el 70. En Panamá la Iglesia ha jugado un papel importante, primero con la formación, la sensibilización de lo que ha sido la Encíclica Laudato Si. Pero también, en Panamá desde la década de los 80 la Iglesia tenía una posición clara contra la minería, es así que en los últimos años con todo el modelo extractivista que se quiere implementar en América Latina, la Iglesia ha tenido un papel importante de llamar a las partes a escucharnos y a defender la casa común.

En la última eclosión social que se dio, que en efecto era contra la minería y que fue un éxito, la población se organizó a nivel nacional, participó y pudo detener un contrato que tenía más de 25 artículos que violaban la constitución, esa situación también era el reflejo de una situación de frustración y enojo por otros problemas que ya habíamos tenido como era el tema de la corrupción, el alto costo de vida, de las medicinas y de los combustibles. Entonces, realmente lo que tenemos es una población con altos niveles de frustración porque no le han resuelto temas de bienestar social, de las democracias formales y electoreras que ha habido en América Latina y que está planteando que, el tema del diseño democrático tiene que replantearse desde una mirada ética.

Yo creo que las iglesias y el pueblo de Dios tienen un gran papel que jugar para mejorar la gobernabilidad democrática de nuestros países, que no es solamente elecciones, sino que va más allá, una democracia participativa, donde sea posible el acceso a la información, a la rendición de cuentas y a la utilización de mecanismos de participación ciudadana. ¿Por qué? Porque los problemas de nuestros países no los resuelven los gobiernos solos, tiene que haber una corresponsabilidad ciudadana y también tiene que haber el acceso a la rendición de cuentas, para nosotros poder no solamente informarnos, decidir y que nos consulten, sino también que podamos decidir sobre el futuro que más le conviene a América Latina.

Ningún país en este momento puede pensar que va a salir de sus graves problemas solo, sino es a través de una integración, sino es a través de la lucha conjunta con la defensa del medio ambiente, la defensa de nuestra agua, la defensa sobre todo de los derechos ciudadanos y la defensa de los derechos humanos.

 

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Por otra parte, Iván Camilo Vargas Castro, animador del área de Desarrollo Humano Integral y Solidario en Pastoral Social – Cáritas Colombiana, y referente del equipo de trabajo de Democracia, ciudadanías, derechos humanos y construcción de paz de Cáritas Latinoamericana, entre otros temas, compartió que su presencia en Panamá ha sido la de invitado para acompañar, observar y capacitarse para luego poder también comunicar la experiencia en otros países.

Un ejercicio de observación itinerante

P: ¿Por qué Caritas América Latina y el Caribe ha sido invitada para estar en este proceso?

R: La Comisión de Justicia y Paz de Panamá nos ha invitado al equipo de democracia, ciudadanía, derechos humanos y construcción de paz de Caritas Latinoamérica y el Caribe, con el fin de poder conocer de primera mano la experiencia que ellos tienen y así poder entender cuáles han sido los desafíos que han afrontado y cómo esta experiencia se ha convertido en una iniciativa significativa que puede ser aprendida y comunicada en otros países.

Sabemos que la Iglesia católica como lo dice Maribel es una institución que genera credibilidad en muchas instituciones, en el caso de la Iglesia de América Latina, es un actor que genera credibilidad y confianza en muchos de nuestros países. Entonces, lo que se busca es también fortalecer las capacidades de la Iglesia católica en general, tanto de las Cáritas como de otras comisiones que acompañan los procesos democráticos, en los cuales la observación electoral es una de las acciones que pueden contribuir a seguir fortaleciendo la confianza y la credibilidad de la Iglesia.

P: ¿Cómo será el ejercicio de observación electoral que ustedes acompañarán?

R: El trabajo de observación electoral que acompañaremos en Panamá guiados y orientados por la Comisión de Justicia y Paz, es un ejercicio de observación itinerante, es decir que, vamos a estar acompañando varios puestos de votación, en total somos 8 personas de diferentes países de las Caritas de América Latina y el Caribe, acompañaremos el ejercicio de diligenciamiento de algunas de las actas o los informes que dan lugar también a los reportes que realiza la Comisión de Justicia y Paz al término de la observación electoral.

Con esto, lo que se busca es evaluar diferentes mecanismos y acompañar a las personas expertas y técnicas en este ejercicio de la observación electoral; igualmente deseamos tener la posibilidad de dialogar y escuchar a las personas que tienen mayor experticia. Así como también, reconocer de qué forma las comunidades y las personas que participan democráticamente en la elección reconocen el lugar de la Iglesia católica como un actor que genera credibilidad en el proceso democrático.

Crisis de las democracias en AL

P: Actualmente varios países latinoamericanos se han visto quebrantados en la acción democrática, donde sobre salen las dictaduras de populismos de derecha ¿Qué lectura hacen desde Cáritas América Latina y el Caribe?

R: Más que hablar de populismos de derecha o de izquierda, yo creo que la situación respecto a la crisis de las democracias en América Latina refleja una ciudadanía hastiada por los procesos democráticos previos y que por ende ha derivado en un incremento de la polarización y de ideologías políticas cada vez más extremas.

Ante esto, la Iglesia y particularmente Caritas América Latina no asume una posición o postura frente a cómo contrarrestar ciertas orientaciones políticas, lo que buscamos nosotros como Pastoral Social Caritas y como Iglesia es acompañar también los procesos de fortalecimiento de la ciudadanía, de afianzar una cultura democrática que permita también dialogar y acercar a las posiciones, de modo que más allá de hablar de una tendencia política o de la otra, es más bien lograr consensos que permitan que la ciudadanía dialogue, se acerque, se escuche y que también se generen procesos que contribuyan a la confianza y la reconciliación desde la política.

Finalmente, Mario Serrato, de la Unidad de Democracia de Derechos Humanos de Cáritas en Honduras, compartió la experiencia que este órgano ha tenido como observador en su propio país, así como el aprendizaje de lo vivido en ciudad de Panamá.

Aprendizajes

P:  Cáritas Honduras también han hecho observador electoral y ha acompañado procesos democráticos. ¿Cómo lo han hecho y qué esperan llevarse como aprendizaje de lo vivido en Panamá?

R: Con base al último proceso electoral que tuvimos en el 2021, fue una experiencia con bastantes retos, pero que a la vez permitió que la participación de la Iglesia a través de Cáritas tuviera una percepción en cuanto a la población de confianza y la motivación a participar.

Puntualmente los procesos electorales a nivel de país son los mismos estándares, los mismos procesos de observación, lo particular que tuvimos nosotros es que fueron 3 momentos: Antes del proceso, ver un poco el desempeño de los órganos electorales del país, revisar el cumplimiento de los cronogramas que ordena la ley; segundo, antes de las elecciones fue el contenido, es decir la calidad de las campañas electorales; y finalmente la participación puntual en sectores vulnerables.

Cumplimos también con el papel de evaluar la violencia preelectoral y el día de las elecciones se cuenta con la presencia de una red de observadores en las diferentes mesas a través de una muestra aleatoria, ahí el ejercicio puntual que hubo fue el conteo rápido, en otros procesos como quiere Panamá se va a hacer la consulta de boca de urna, en Honduras hicimos el conteo rápido, es decir, la muestra que teníamos mandaban el resultado preliminar a nivel presidencial y con eso ya nosotros teníamos una proyección para el candidato/candidata que ganaba las elecciones y posteriormente después de las elecciones sale el informe y las recomendaciones para que en conjunto a una red por la equidad democrática en Honduras, en donde participan otras instancias de la sociedad civil se planteen los diferentes hallazgos y sugerencias de mejora a los órganos electorales pertinentes.

¿Qué observamos aquí en Panamá? En este poco tiempo que hemos estado aspiramos a que, en nuestro país, por lo menos algunos elementos puntuales se puedan asumir. Hacía yo observación ayer de cómo está constituida aquí las mesas electorales y aquí están ciudanizadas, ciudadanos común y corriente son elegidos previamente y orientados para que formen parte de esta junta electoral, en nuestro país no sucede así, están politizadas por los propios partidos, son captadas por los mismos partidos, entonces desde ahí hay un sesgo de desconfianza al manejo de los resultados, yo creo que aquí, un resultado preliminar que puedo observar es eso, la ciudadanía de las mesas electorales.

Llamados a votar en Panamá

Cabe recordar que serán más de tres millones los ciudadanos llamados a votar en los 3.035 centros electorales. Se elegirá presidente entre 8 candidatos inscritos, además, se dará la elección de 20 diputados, del Parlamento Centroamericano (Parlacen), 71 diputados a la Asamblea Nacional, 81 alcaldías, 701 representantes de corregimiento y once concejales, con sus respectivos suplentes.

 

 

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