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El Papa Francisco ha recibido esta mañana a los obispos del Regional Sur4 de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), que comprende las diócesis del estado de Santa Catarina, que a lo largo de esta semana realizan su Visita ad limina.

Visitas que comenzaron en febrero de 2020

Como informa Vatican News en su edición en portugués, las visitas ad limina de los obispos brasileños comenzaron en febrero de 2020, se interrumpieron a causa de la pandemia y se reanudaron este año, 2022. Visitas que han servido para que el Papa Francisco entrase en contacto con la realidad de todo Brasil, de norte a sur del país, aunque testimonios de diferentes obispos a lo largo de este tiempo relatan lo bien informado que está el Santo Padre, conociendo realidades y situaciones que los propios obispos ignoran.

Como ha sido habitual a lo largo de todas las visitas, una vez más ha sido un encuentro en el que se ha dado una conversación franca y abierta, donde ha habido la posibilidad de que los obispos preguntasen al Papa Francisco sin cortapisas.

Amor del Papa por cada uno de los obispos

Los obispos participantes han testimoniado lo que ha sido el encuentro. Así el obispo de Joinville y presidente del Regional Sur4, destacó la «paternidad del Santo Padre con nosotros». Mons. Francisco Carlos Bach definió al Papa como “un hombre admirable, que tiene un inmenso amor por la Iglesia y un inmenso amor por cada uno de los obispos de nuestra nación brasileña. Un hombre que realmente se pone a disposición para estar con nosotros a pesar de las dificultades de salud debidas a su edad. Es alguien que se pone a disposición para estar con nosotros con mucho, mucho amor”.

Mons. Guilherme Antonio Werlang, está participando de su tercera Visita ad limina, una con cada uno de los últimos tres papas: Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. El obispo de la diócesis de Lages, recordó detalles de cada una de las visitas, unos minutos a solas con cada obispo (Juan Pablo II), en grupo con Benedicto XVI y en continuo diálogo con el Papa Francisco. De todas destacó que son momentos de colegialidad.

Cuidar de las vocaciones

Las vocaciones y la preparación para el sacerdocio fue uno de los puntos de interés del Papa Francisco, según el arzobispo de Florianópolis, Mons. Wilson Tadeu Jönck. A lo largo del encuentro, “hablamos de nuestra práctica, le gustó y sólo nos pidió que fuéramos muy serios en nuestro acompañamiento y que despertáramos en el corazón de los nuevos sacerdotes un gran espíritu apostólico, un gran amor a la Iglesia”, destacó el metropolita del Regional.

Tres palabras fueron destacadas por Mons. Onécimo Alberton, obispo de Rio do Sul, en relación con el encuentro: ternura, paternidad y acogida. En el Papa Francisco, «por sus venas corre el espíritu de una iglesia sinodal, acogedora, que sabe escuchar. Sentimos cómo se manifiesta su amor por toda la Iglesia de Brasil a través de su paternidad, su amor y su esperanza”. De las palabras del Santo Padre, el obispo destacó el llamado a “caminar próximos de nuestras comunidades, de nuestras iglesias locales, del clero de nuestras diócesis, de los dirigentes, de los consejos pastorales».

Acogidos como hermanos

En la diócesis de Joaçaba, la gente «está muy unida al Pontífice en la oración, valora su predicación, sus documentos y todo lo que viene desarrollando como Iglesia en el mundo», afirmó Mons. Mario Márquez, que presentó al Papa el Movimiento de Madres que Rezan por sus Hijos, del que el obispo es representante nacional e internacional. El Papa «se alegró mucho al saber que este movimiento ha crecido de forma muy hermosa en Santa Catarina, en Brasil y en otros países del mundo”, resaltó el prelado.

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Para el obispo de Criciúma, Mons. Jacinto Inácio Flach, los obispos fueron acogidos como hermanos. Un «hermoso testimonio que nos deja el Papa Francisco y que nos da como obispo, él que, además de ser Papa, por supuesto, es el obispo de Roma», según Mons. Cleocir Bonetti, obispo de Caçador. Como han resalto diferentes obispos a lo largo de las visitas de los obispos brasileños, el obispo de Chapecó, Mons. Odelir José Magri resaltó el empeño del Papa para «que cada uno diga lo que siente y pida lo que quiere», hasta el punto de bromear diciendo que «es un pecado criticar al Papa fuera del Vaticano, pero aquí es posible incluso criticar al Papa«.

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