“𝙔𝙤 𝙨𝙤𝙮 𝙚𝙡 𝘽𝙪𝙚𝙣 𝙋𝙖𝙨𝙩𝙤𝙧 𝙮 𝙘𝙤𝙣𝙤𝙯𝙘𝙤 𝙖 𝙡𝙤𝙨 𝙢í𝙤𝙨 𝙘𝙤𝙢𝙤 𝙡𝙤𝙨 𝙢í𝙤𝙨 𝙢𝙚 𝙘𝙤𝙣𝙤𝙘𝙚𝙣 𝙖 𝙢í” (𝙅𝙣 10,14)
Con admiración recordamos la personalidad y las propuestas de un hermoso jardín de líderes que nos han ayudado -a lo largo de la historia- a dar pasos de humanidad. Ya sea en el mundo de la política, economía, cultura, arte, filosofía, teología… como también en la defensa de los derechos humanos y culturales de personas y pueblos. Damos gracias por quienes nos han ayudado a pensar, soñar, sentir y actuar con nuevas maneras de fortalecer la vida y la dignidad.
Los/as “líderes” encarnan los valores soñados y las estrategias actuales, para que el bien prevalezca y la vida triunfe, en su diversidad. Por el contrario, no podemos dejarnos arrastrar por discursos destructivos -aunque suenen a cantos de sirena- y por acciones de muerte. Ni queremos señores/as de la guerra, ni profetas del mal agüero, ni encantadores/as de serpientes, ni mesías de la falsa prosperidad…
“El Buen Pastor da la vida por las ovejas”, no se las come o permite que otros abusen de ellas -con la perversidad de la piel de oveja-. Es buen/a líder quien “conoce” a sus hermanos porque no pretende dominar sino acompañar; quien está “al frente” en los momentos difíciles y quien se coloca al final en los homenajes; quien “piensa” antes de actuar y actúa en coherencia con su pensar-decir; quien “no se rinde” ante las dificultades ni se escapa ante los peligros; quien “prioriza los sueños” y lucha con todos los recursos de la no-violencia; o sea… quien es como Jesucristo.
Necesitamos pastores y pastoras que no engañen con promesas lo que no podrán cumplir con acciones, y líderes que arriesguen su vida por el bien de los demás, y protejan -a todos- de posibles ladrones, abusadores, mentirosos y asalariados del engaño.
Si somos líderes sociales o religiosos: ¿conocemos la realidad y acrecentamos la dignidad de los demás?. Si seguimos a algún líder: ¿discernimos a quién, porqué y para qué le escuchamos?
“Seguimos” al Buen Pastor, Jesucristo, y “entregamos” nuestra vida como el Buen Pastor… porque queremos vivir el Evangelio hoy y con todos/as.
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