Este 22 de junio se realizó la segunda jornada del Seminario permanente de identidad y renovación pastoral de la Iglesia, que ha iniciado el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) para hacer un proceso de diálogo, formación y construcción conjunta en torno al proceso de renovación y reestructuración iniciado en 2019.
Esta primera etapa arrancó con personal y colaboradores del Celam y, en el segundo día, reflexionaron en torno a la sinodalidad, pueblo de Dios y la conversión pastoral de la Iglesia, camino de renovación y reforma, a la luz del verbo juzgar.
El momento de oración estuvo a cargo del Padre Israel Arévalo, secretario adjunto de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos /as (CLAR).
Tras el resumen de la primera jornada, la hermana Gloria Liliana Franco, presidenta de la CLAR, abordó el tema “Iglesia: Pueblo de Dios enviado para hacer presente el Reino de Dios” como parte de la reflexión teológica.
Mientras que el teólogo venezolano Rafael Luciani, del equipo de teológico del Celam, habló de la “La vocación y el ejercicio sinodal de todo el Pueblo de Dios” y monseñor Jorge Lozano, secretario general del Celam, hizo un recorrido histórico de la sinodalidad.
Caminar juntos, un modo histórico de ser Iglesia
Rafael Luciani hizo un análisis sobre la sinodalidad a profundidad, por ello ha asegurado que “caminar juntos no es algo optativo en la Iglesia” y ha explicado que “el documento de la Comisión Teológica Internacional sobre la Sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia nos explica el alcance de esta expresión al definir la sinodalidad como una dimensión constitutiva de toda la Iglesia” (CTI Sin 1,5,42,57,70,76,94,116)”.
Por tanto “la específica forma de vivir y obrar/operar (modus vivendi et operandi) de la Iglesia Pueblo de Dios que manifiesta y realiza en concreto su ser comunión en el caminar juntos, en el reunirse en asamblea y en el participar activamente de todos sus miembros en su misión evangelizadora (CTI Sin 6)”.
“Tal noción supone revisar las «relaciones y mentalidades» (ser) y las «dinámicas comunicativas y estructuras» (operar), a la vez. Nos invita a un re-aprendizaje o conversión”, acotó.
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Para recordar: sinodalidad es escucha recíproca
En su Discurso de la Conmemoración del 50 Aniversario de la institución del Sínodo de los Obispos, Francisco dice que “una Iglesia sinodal es una Iglesia de la escucha (…). Es una escucha recíproca en la cual cada uno tiene algo que aprender (…). Es escucha de Dios, hasta escuchar con él el clamor del pueblo; y es escucha del pueblo, hasta respirar en él la voluntad a la que Dios nos llama». El ejercicio de la escucha es indispensable en una eclesiología sinodal pues parte del reconocimiento de la identidad propia de cada sujeto eclesial —laicos(as), presbíteros, religiosos(as), obispos, Papa— a partir de relaciones horizontales fundadas en la radicalidad de la dignidad bautismal y en la participación en el sacerdocio común de todos los fieles (LG 10).
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