Los desastres climáticos no cesan en Chile. Si el pasado verano austral el país fue víctima de incendios devastadores, el inicio del invierno ha supuesto graves inundaciones como consecuencia de las lluvias torrenciales en el centro sur del país.
Solidaridad del obispo de Chillán
La Iglesia católica ha reaccionado ante estas catástrofes y ha mostrado y solicitado la solidaridad de todos, como ha informado la propia Conferencia Episcopal de Chile a través de su página web. El obispo de Chillán y secretario del episcopado chilena Mons. Sergio Pérez de Arce, envió este fin de semana un mensaje a los habitantes de Ñuble que están atravesando momentos difíciles por las lluvias que han traído consigo el desborde de ríos en varios puntos de la región.
En sus palabras, Mons. Pérez de Arce ha manifestado en nombre de la Iglesia, “mi cercanía y mi oración a todos quienes están sufriendo los estragos de la lluvia y de la crecida de los ríos en diversas comunas de nuestra región de Ñuble. Esperamos que las lluvias puedan decrecer y las familias recuperar su normalidad”. En sus palabras, el obispo manifiesta “nuestra gratitud y apoyo a quienes están ayudando a enfrentar esta difícil situación, Fuerzas Armadas y Carabineros, Bomberos, autoridades, funcionarios municipales y de diversos organismos de la sociedad y del Estado. Agradecemos que quienes sufren no están solos y pueden contar con el apoyo oportuno”, pidiendo oración y la confianza en el Señor y en la Virgen.
La región de Ñuble está en alerta roja y la población vive una situación de lo más compleja, algo que has expresado desde las parroquias locales, que han señalado que existen problemas con casas que se encuentran en sectores de regadío y algunas muy cercanas al Río Diguillín en el sector de Las Quilas. Las familias se han dirigido a albergues y están pidiendo ayuda ante el peligro que les amenaza.
Campaña de Caritas Chile
La Iglesia chilena ha lanzado una campaña nacional a través de Cáritas que lleva por nombre “Por un invierno solidario, juntos en esta emergencia climática”. Se pretende con ella recaudar fondos con el fin de responder a las necesidades humanitarias que están dejando las lluvias y desbordes de ríos, trabajando en red con organismos públicos, privados y sociedad civil.
Desde un primer momento, Caritas Chile, a través del Programa Medio Ambiente, Gestión del Riesgo y Emergencia (MAGRE), en coordinación con los equipos diocesanos de la zona de catástrofe han estado acompañando y apoyando a familias afectadas por las lluvias torrenciales, evaluando daños y necesidades de los más vulnerables, planificando una respuesta basada en los principios humanitarios a los cuales adhiere.
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Se ha abierto una cuenta corriente en la que se pueden depositar los donativos y así poder providenciar insumos básicos para la población afectada, y en un futuro próximo poder recuperar las viviendas y medios de vida damnificados en las inundaciones.
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