Culminó la 49.ª Junta de la directiva de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos y Religiosas (CLAR), que reunió a los presidentes de las 20 conferencias nacionales en Tegucigalpa, del 19 al 21 de abril, bajo el lema “Centinelas de la esperanza”.
Fueron días que “bajo la tierna mirada de la que es Madre, Nuestra Señora de la Concepción de Suyapa” se adentraron “en la escucha de Jesús como sus discípulas y discípulos para “recobrar la fuerza profética que tiene nuestra voz y nuestra presencia en la Iglesia y en el mundo”.
“Aquello que sale del corazón en espíritu de oración y de diálogo, lo hemos puesto en común, en torno a cinco temas: misión y conversión pastoral; obediencia y modelos relacionales; la formación como camino sinodal; el ejercicio de la autoridad y la renovación de las estructuras”.
A cada uno de estos temas los han llamado “provocaciones” con “el deseo de mirar la Vida Religiosa como críticos de nuestros errores, agradecidos por el trabajo y el servicio bien hechos, y como constructores de cambios, propuestas y caminos por recorrer”.
Sinodalidad, camino a recorrer
“La sinodalidad es el camino a recorrer para la tan anhelada resignificación y transformación de nuestros Institutos, de la Iglesia y de la sociedad”, porque como “centinelas de esperanza, reflexionamos, profundizamos y experimentamos este ‘modo de ser Iglesia’ que transgrede lo aprendido para dar paso a la novedad evangélica en nuestra vida y estructuras”.
Agradecieron al papa Francisco quien “con profunda valentía y confianza en Dios impulsa la Reforma eclesial, por su valoración de la Vida Religiosa, el impulso al liderazgo de la mujer y el amor imprescindible por los más pobres como fruto del mutuo amor”.
Por ello, una vez más, “damos fe de la profusión del Espíritu que se derrama y hace posible la vida y la esperanza, desde la fuerza de liderazgos compartidos y en prácticas sinodales”.
“Queremos decirles desde el abrazo sinodal, a nuestras Nuevas Generaciones, a quienes están entregando todo en la misión y a nuestras hermanas y hermanos mayores, que la sinodalidad es posible, es camino de conversión y vida”,a cotaron.
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Realidad en el continente
La CLAR señaló que “hemos sembrado nuestro sí como respuesta a los contextos en que vivimos”, entre estos: inestabilidad política, desigualdad económica, violencia y crimen organizado, corrupción, polarización política, crisis migratoria, limitada inclusión laboral, y los lastres del cambio climático que amenazan la vida de nuestros pueblos.
En nombre de los 150.000 religiosas y religiosos del continente quieren plantar cara a esas realidades “al involucrarnos con pasión en estas provocaciones, esperamos sean voz profética que sacuda a nuestras madres y padres sinodales, pero sobre todo que sacudan la inercia, la desesperanza y la dispersión que tantas veces nos destruyen y aniquilan”.
Expresaron su cercanía con Nicaragua – donde la Iglesia sufre persecución – y con Haití en medio de su violencia desbordada, puesto que ambas naciones “sufren la ignominia de la persecución, por hacer el bien, como Jesús; esperando hacerles sentir nuestra solidaridad”.
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