El episcopado chileno está reunido durante esta semana, de 14 a 18 de noviembre en Lo Cañas para llevar a cabo la 126ª Asamblea Plenaria de Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile. Serán días de reflexión sobre la realidad nacional, la reciente realización de Tercera Asamblea Eclesial Nacional y el Sínodo, en su etapa continental.
En el camino de la sinodalidad
Como informa la propia Conferencia Episcopal, el encuentro comenzó con una Eucaristía presidida por el Nuncio Apostólico en Chile, Mons. Alberto Ortega Martín, una celebración que ha dado paso a una agenda en la que además de los temas ya señalados, debatirá cuestiones relacionadas con el ministerio del catequista.
El Nuncio Apostólico en Chile transmitió a los obispos un mensaje de alegría por el hecho de poderles encontrar y por la asamblea eclesial que calificó como un momento de gracia. En palabras de Mons. Alberto Ortega, «ha sido también la ocasión de animarles a seguir iluminando con la luz del Evangelio también la vida social, la situación en la que estamos viviendo. También de animarles en ese trabajo en favor de la Iglesia, que están realizando con gran generosidad, que lo sigan llevando adelante en sinodalidad, con toda la Iglesia caminando juntos».
Discernir en el Espíritu Santo
Por su parte, el Cardenal Celestino Aós, presidente de la Conferencia Episcopal de Chile y arzobispo de Santiago, reflexionó sobre los procesos sinodales en nivel nacional, latinoamericano y universal, destacando que han generado en los cristianos «una experiencia de gozo, de sentir que participaban”. Según el purpurado, “los obispos tenemos una misión concreta, somos pastores y no sólo tenemos que estudiar y dar una opinión cualquiera sobre las conclusiones, sino hacer un discernimiento en la oración y en el Espíritu Santo, para ver cómo seguir adelante y cómo han de ir cambiando nuestras relaciones para que sean más evangélicas».
Mons. Sergio Pérez de Arce, en tanto, secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile señaló que durante este encuentro los obispos discernirán sobre los aportes entregados por las comunidades participantes de la Tercera Asamblea Eclesial Nacional, realizada en octubre, y en la que estuvieron presentes representantes de todas las diócesis del país.
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En ese sentido, el obispo de la diócesis de Chillán ha insistido en que “queremos debatir, escuchar, acoger y buscar, en el fondo, cómo continuamos. No es un proceso que se pueda decir que finaliza, porque la misión y la vida de la Iglesia requiere siempre renovación”. Refiriéndose a las siguientes etapas del Sínodo y su vínculo con el proceso que ya había iniciado la Iglesia en Chile con anterioridad, Mons. Pérez de Arce afirmó que, “todos estos procesos se interrelacionan y todos apuntan a cómo asumimos, en común, de mejor manera la misión que tenemos como Iglesia. Lo importante es ir manifestando avances, caminos de concreción que nos permitan tomar la iniciativa y acordar caminos de renovación”.
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