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Elizabeth Bunster: “La humanidad puede crecer humanizando sus avances: respeto a la vida de todos, base de justicia social y solidaridad”

Hoy 25 de marzo con el Día Internacional del Niño por nacer, hablar del cuidado de la vida ya no debiera ser un tema medular y recurrente en nuestro mundo. Sin embargo, aquí estamos: defendiendo las vidas pequeñas, las vidas en riesgo, las vidas de nuestros adultos mayores, la vida de punta a punta.

Elizabeth Bunster*, directora de la Comisión Guadalupe de acompañamiento a las Diócesis chilenas para la implementación de apoyos concretos a embarazadas en dificultades y para madres que sufren el duelo por hijos no nacidos, habló con ADN Celam en torno a esta fecha emblemática para toda la Iglesia.

Pregunta.-Usted coordina Pastoral de la Vida de Chile, ¿qué implica esta función y cómo la encara a nivel iglesia nacional?

Respuesta.- En relación al apostolado de protección a la vida por nacer y en el acompañamiento pastoral post aborto nos acompaña a mí y a mi marido la Comisión Episcopal Virgen de Guadalupe. Todas nuestras tareas las hacemos desde allí. Estamos en esto desde la juventud y actualmente ambos apoyamos la difusión para cada Diócesis en Chile de todas las oportunidades de apoyo a las embarazadas en dificultades y de acompañamiento por duelo de un hijo no nacido. Esta función implica crear redes de apoyo y, principalmente, realizar una articulación para cada diócesis con organizaciones que entregan una serie de apoyos para estas necesidades. También es relevante destacar la promoción del valor de la vida para visibilizar la existencia de un ser humano en gestación, mediante el apostolado Adopción Espiritual.

 

El primer derecho es a vivir

P.- Además forma parte del equipo latinoamericano sobre el tema: ¿cómo ve el abordaje del cuidado de la vida en nuestros países del continente, diferencias, coincidencias?

R.-Desde la labor de la Pastoral de la Vida a nivel de América Latina y el Caribe, se observa el aumento de la participación de los laicos con diferentes iniciativas que enriquecen tanto el apoyo y acompañamiento a embarazadas como el acompañamiento post aborto, diversas iniciativas que se complementan y fortalecen su presencia en cada país cada vez más con apoyo de sacerdotes y obispos. Esta motivación también viene de la presión de algunos sectores de la legalización del aborto libre que, lamentablemente, hacen caso omiso del primer derecho de todo ser humano sin discriminar a nadie, como es el derecho a la vida y, por otro lado, no se habla del trauma que implica para la mujer un aborto con la serie de secuelas psicológicas que, en último término, afecta al varón y a toda la familia. Valiosas iniciativas que siguen creciendo: un hito importante ha sido que hace años atrás se creara, por ejemplo, la Red Latinoamericana para el Acompañamiento Pastoral Post Aborto (Red APAL); también se sigue extendiendo Adopción Espiritual, 40 días por la vida, centros de acogida a la mujer o el mismo Proyecto Esperanza.

 

P.- Entiendo que el próximo año se realizará un Congreso Internacional sobre pastoral de la vida o temáticas afines. ¿Quisiera, por favor, profundizar sobre esto tan importante que se viene?

R.-Todas estas iniciativas se comparten con sus avances, realizando cada dos años un encuentro Internacional en conjunto con el Celam; por ello se prepara el próximo encuentro para el mes de mayo de 2025 en el que se invita a expositores relevantes y cada país comparte sus experiencias más destacadas, con ello se produce un intercambio y tienen oportunidad de participar los equipos de pastoral de familia-vida o representantes de organizaciones afines. También participan equipos de Proyecto Esperanza de diferentes Diócesis y países, que constantemente siguen capacitando a nuevas personas.

 

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Proyecto Esperanza: atención post aborto en 16 países

P.-¿Usted sigue adelante con Proyecto Esperanza? ¿Cómo va eso a nivel continental?

R.- El Proyecto Esperanza se ha extendido en el continente de América Latina y el Caribe y está presente en 16 países, equipos que tienen el objetivo de colocar este servicio de acompañamiento para superar el duelo de un hijo no nacido, sea por pérdida espontánea o provocada, que mantienen como una meta irrenunciable hacer presente el Amor y la Misericordia de Dios, que es fundamental sanar esa herida restaurando el vínculo de la maternidad con ese hijo que está en la presencia del Señor, con una maternidad espiritual.

Nos identifican las palabras de San Juan Pablo II que, dando palabras de aliento a quienes sufren este dolor, “una vez sanadas sus heridas por personas amigas podrán estar en las primeras filas de la defensa de la Vida”.

Por otra parte, el Papa Francisco nos pide realizar acompañamiento a las familias más frágiles o que mantienen dolores y pide que formemos hospitales de campaña. Sigo a cargo de las capacitaciones de más equipos, así este año en abril viajo a Brasil, a Francisco Beltrán, para acompañar en una nueva capacitación y otras en carpeta a confirmar con otros países.

 

P.- Para este 25 de marzo, ¿cuál es su mensaje vinculado al cuidado de la vida entera, de punta a punta?

R.- Este 25 de marzo que se celebra el Día Internacional del Niño por Nacer implica que seamos capaces como sociedad, de reconocer el valor de la vida de todo ser humano, sin discriminar por edad y destacar cómo las neurociencias entregan la evidencia de que esta etapa de la gestación es un tiempo trascendental en el desarrollo futuro de toda persona, como también es la mejor etapa para prevenir factores de riesgo para el cuidado integral de la niñez. Especialmente con el apoyo concreto a toda embarazada que se encuentre en dificultades proporcionando a la madre y a su familia las condiciones económicas y sociales adecuadas.

Y todos debemos hacer un llamado a crear una Cultura de la Vida donde toda vida es valiosa desde su concepción hasta la muerte natural e implica el compromiso con el apoyo a los enfermos, a adultos mayores y mejorar al máximo las condiciones de salud.

La humanidad puede crecer humanizando sus avances y eso implica que el respeto a la vida de todos debe ser base de la justicia social y la solidaridad como muestra de un verdadero crecimiento social.

* Elizabeth Bunster Chacon es chilena está casada y mamá de 7 hijos.  Trabajadora Social. Diplomada en Trabajo con Familias. Diplomada en Sistemas de protección social y políticas públicas. Magíster en Psicología en  mención social comunitaria en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Directora Fundadora de Proyecto Esperanza. Asesora en tema Vida en el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).

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