Siguiendo el método ver – juzgar – actuar, el XX Congreso Latinoamericano y del Caribe de Cáritas ha dado un paso más, analizando la realidad a partir de tres elementos: sinodalidad, solidaridad y esperanza.
¿Dónde está tu hermano?
En esa perspectiva, José García, secretario ejecutivo de Cáritas Ecuador reflexionaba sobre la solidaridad, que nos desafía a vivir con y como Jesús la fraternidad en las periferias. Un planteamiento que a la luz del Génesis le llevó a cuestionar: “¿Dónde está tu hermano?”. Una pregunta que lleva a mirar la realidad, lo que “debiera producirnos más sonrojo y vergüenza”, que nos hace “caer en la cuenta de que el plan original de Dios para la Humanidad está roto”, según José García.
El secretario ejecutivo de Cáritas Ecuador hizo ver el terrible barranco que separa a los que disfrutamos de las mejores o suficientes condiciones de vida y los que nacen, viven y mueren rodeados, aplastados y absolutamente condicionados por tantas pobrezas y carencias, por tantas injusticias y sufrimiento, por tanta amargura e impotencia. Desde ahí denunció la inequidad presente en América Latina, el continente más desigual.
Consecuencias de la pobreza
Algo que quiso contextualizar a partir de la realidad, determinada por los números y por como esa realidad es vista por quienes son víctimas de la pobreza, limitadas en sus decisiones, condicionadas por el sufrimiento, por la impotencia, vista como una red de la que no ven la posibilidad de escapar, que provoca miedos, incapacidad para pensar, dormir, mirar el futuro con esperanza.
Una solidaridad que en Jesús tiene su primer paso en el proceso de encarnación. Algo que aparece en el Cantico de Filipenses 2, 5-11, donde se lleva a cabo un proceso de “empobrecimiento, vaciamiento para amar, servir y liberar”. En su reflexión, José García abordó diferentes verbos: salir, descender, despojarse, levantar, mostrando los caminos de la Encarnación de Jesús: 30 años de identificación, 3 años de denuncia, 3 días de Pascua y Liberación.
Solidardidad valor fundamental
“La solidaridad es un valor fundamental de nuestra identidad”, afirmó José García, mostrando que está presente en todos los documentos sobre la Identidad y Espiritualidad de Cáritas. En esa perspectiva, insistió en que la palabra que clarifica y le da todo el sentido y sus contenidos es solidaridad compasiva, que definió como “una experiencia que transforma y moviliza todo nuestro ser”.
Eso lleva a escuchar clamores; contemplar personas heridas, empobrecidas, asaltadas, explotadas, sobrantes; generar movimiento hacia ellas, cultura del encuentro, pronunciar palabras de cercanía, consuelo, cariño; acariciar con las manos, practicar cuidados; cargar, hacernos cargo, encargarnos de acompañar, proteger; compartir tiempo, permanecer, velar, estar sin prisa; aportar los bienes para sus necesidades; dejarnos cargar, cambiar, transformar; ser agradecidos. Palabras inspiradas en Lucas 10, 30-37, en la parábola del Buen Samaritano.
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Una pregunta por el hermano, que siguiendo las palabras del jesuita uruguayo Armando Rafo, “entraña la pregunta por el sentido de la vida”, lo que “nos remite, entonces, a la vida que viene, a la vida que se puede construir; a la vida que se puede esperar”, pero también nos ayuda a ver que “¡los otros son constitutivos de nuestra propia identidad! Son los otros quienes nos enseñaron a hablar, a imaginar, a amar y a soñar”. Ante ello, concluyó diciendo que “renunciar a ser hermano, es acallar y aplastar el llamado radical de la vida. Renunciar a los propios orígenes, renunciar a la pregunta por el hermano, en el sentido profundo de la palabra, conlleva la muerte. Eso fue lo que hizo Caín”.
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