En el comienzo de un nuevo tiempo litúrgico, el Tiempo de Adviento, Mons. Oscar Ojea señala que “Adviento quiere decir venida”. Según el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, “el Adviento nos proyecta al futuro, primero a una venida cercana y tierna, la venida del Señor en la carne, la venida de la Navidad, y la segunda, la venida definitiva al fin de los tiempos”.
Encuentros para preparar el gran encuentro con Él
El obispo de San Isidro señala “dos aspectos sobre este encuentro definitivo con el Señor, ya que todos estamos llamados a un encuentro y detrás de todos los encuentros que vivimos, de todas las cosas que vivimos en nuestro mundo de la Tierra, estamos preparando el gran encuentro con Él”.
“La primera característica de este encuentro es la paz, y esto aparece clarísimamente en la visión de Isaías”, afirma Mons. Ojea. En ese sentido, hace ver que “Isaías ve a Jerusalén en la cumbre de todos los pueblos y todos los pueblos ascendiendo a la montaña de Sion desde distintos lados, con distintas culturas, distintas tradiciones, todas las diversidades suben esa montaña y finalmente, cuando se encuentran deponen las armas”.
La paz es convivencia fraterna en la diversidad
Citando el texto del Profeta: “De las espadas forjaran arados, de las lanzas podaderas”, afirma que “cambian los instrumentos de guerra en instrumentos de paz y de trabajo”, y continúa con el texto: “No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra, casa de Jacob ven caminemos a la luz del Señor”.
En palabras del presidente del episcopado argentino, “esta visión nos indica que el encuentro final con el Señor va a estar marcado por la paz, estamos hechos para la paz en ese encuentro, la vocación del ser humano es la paz y la paz es convivencia fraterna en la diversidad, deponiendo las armas”. Trayendo el texto para la realidad actual, dice: “que mensaje para este momento tan tremendo, para la vida del mundo donde reina claramente la guerra y la violencia”.
Estar vigilantes
El segundo aspecto de este encuentro destacado por Mons. Ojea “es la preparación interior en la vigilancia, en la oración”. Recordando el texto de Mateo: “El hijo del hombre vendrá como un ladrón”, llama a “prepararnos para la sorpresa, va a aparecer que todo anda y camina como siempre, pero de pronto, del modo menos pensado, aparecerá y vendrá el hijo del hombre, nos tomará por sorpresa y tenemos que estar preparado para ello, digamos con las cuentas bien hechas para poder llegar a ese encuentro”.
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Finalmente, el prelado argentino pide “que el Señor haga que vivamos interiormente un Adviento lleno de paz y un Adviento pleno de oración para poder dejarnos sorprender por el Señor que viene Él mismo a nuestro encuentro”.
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