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A 42 años de la Guerra de Malvinas: “Que nuestras lágrimas y la sangre de nuestros héroes fecunden nuestra amada Argentina” (Arzobispo García Cuerva)

Todos los 2 de abril se recuerda en la Argentina a los caídos y veteranos de la guerra que libró ese país con Gran Bretaña por la soberanía sobre las australes islas Malvinas. Esa guerra finalizó el 14 de junio de 1982, tras la rendición de la Argentina.

Hoy, la Catedral de Buenos Aires fue el templo donde se rezó por quienes dieron su vida por la patria argentina. Presidió la misa el arzobispo porteño, monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, y concelebró el rector de la Catedral Pbro. Alejandro Russo.

Tramos de la prédica de mons. García Cuerva

“Argentina, ¿por qué lloras? Lloramos porque nos duelen los 649 combatientes fallecidos y más de mil heridos; lloramos porque nos duele la guerra, nos duele el olvido, nos duele la utilización ideologista de la causa Malvinas; lloramos tantas promesas incumplidas; lloramos fracasos y frustraciones; lloramos también los muertos de la pandemia; lloramos de dolor, lloramos de tristeza, y también lloramos de bronca; lloramos porque nos duele la Patria.”

Monseñor García Cuerva hizo un parangón entre la Pascua y los hechos de Malvinas: “María Magdalena se asoma al sepulcro y ve a dos ángeles vestidos de blanco que son justamente quienes le preguntan por qué llora. Me animo, en el contexto de esta misa, a hacer una interpretación libre, y ponerle nombre a estos dos ángeles: Gran Malvina y Soledad. Desde el Atlántico sur, desde el frío y el viento, escuchamos su voz: Argentina. ¿por qué lloras? Pero, así como esos dos hombres de blanco son indicio de que algo extraordinario e impensado había sucedido, que Jesús había resucitado y Dios venció a la muerte para siempre, también para nosotros volver a hacer memoria de las Malvinas es fuente de esperanza y regocijo, de orgullo, de heroísmo y de soberanía. Decir Malvinas es decir identidad nacional, es decir Patria, es decir historia, presente y futuro, es decir fraternidad porque la causa de Malvinas nos une”.

“Que nuestras lágrimas y la sangre de nuestros héroes fecunden nuestra amada Argentina para que, de una vez y para siempre, germinen frutos de solidaridad, justicia, y paz para todos sus habitantes. Que Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina, interceda por todo nuestro pueblo, y como Madre, acaricie y cure las heridas aún no cicatrizadas de la guerra. Malvinas, ¡por siempre argentinas!”

Declaraciones de la canciller argentina

Participaron de esta misa ex combatientes, familiares y amigos, y la canciller de la Argentina, Dra. Diana Mondino, entre los muchos que se acercaron a rezar por esta causa que aún es herida que no cierra.

Al salir del templo la canciller Mondino expresó ante los medios de comunicación: “Argentina perdió la guerra y tenemos que trabajar intensamente desde el punto de vista diplomático. Argentina no tiene rotos los puentes con ningún país. Hoy es un día para honrar a los caídos, recordemos a los que dieron la vida. Los argentinos tenemos que unirnos en un objetivo común: recordar a los que dieron su vida, es muy importante”.

 

Homilía Mons. Jorge García Cuerva - Misa por Malvinas 02.04.24

 

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