ADN Celam

Adolfo Pérez Esquivel: “Derechos humanos y democracia son valores indivisibles”

El premio Nobel de la paz de 1980, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, en entrevista para el Centro de formación Cebitepal, con la periodista Romina Ryan, aseguró que “los derechos humanos y democracia son valores indivisibles, porque si se violan los derechos humanos, la democracia se debilita o deja de ser democracia”.

El activista y docente, en el marco del Congreso de Paz realizado del 29 al 31 de marzo en Bogotá, sede del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), ha precisado que la democracia “no es solo poner el voto en una urna” y esperar que otros ejerzan el poder “haciendo lo que quieren y no lo que deben”.

Apela entonces al poder participativo para que los pueblos tengan valores constitucionales y jurídicos que permitan reclamar sus derechos: “Aquí hablamos del derecho de los pueblos,  porque los derechos humanos los han reducido únicamente a lo individual, pero no se habla del derecho de los pueblos”.

“Nosotros en el año 93, en la segunda asamblea mundial de Naciones Unidas, logramos introducir el derecho a los pueblos como una generación de los derechos humanos, como por ejemplo, el derecho a la soberanía, autodeterminación, al medio ambiente y al desarrollo, claro está, el desarrollo no como explotación, sino como equilibrio de la necesidades del ser humano con la madre tierra”.

La paz y memoria

Pérez Esquivel hizo un balance de las acciones de paz que la propia Iglesia en América Latina y el Caribe ha emprendido a lo largo de la historia. Ha recordado el legado de obispos y sacerdotes como Elder Cámara y Paulo Evaristo Arns (Brasil) , Leonidas Proaño (Ecuador) y muchos otros hombres de Iglesia que “son constructores de paz, porque toda la raíz del Evangelio, como dice Jesús, radica en «mi paz os dejo, mi paz os doy», es esto el compromiso, el trabajo permanente por el otro”.

Señaló que la paz no es ausencia de conflicto, tampoco tiene que ver con pasividad, al contrario, “es una dinámica permanente de las relaciones entre las personas y los pueblos, es abrir el diálogo, es abrir también la memoria”.

Sobre este aspecto ha destacado que “la memoria no es para quedarse en el pasado, la memoria nos ayuda a iluminar el presente y es a través del presente cómo podemos construir la convivencia, el diálogo y la paz”. Eso sí, sin “anclarnos en el pasado”, este debe mirarse desde las lecciones aprendidas, puesto que de olvidarlo “hipotecamos el presente”.

Más aún cuando  “vivimos en un mundo sacudido por la incertidumbre, las guerras, el hambre (que es la guerra silenciosa), la pobreza, la desigualdad social y cada vez más la las divisiones”. De allí que se ha inspirado en la ‘cultura del encuentro’ a la que ha convocado Francisco desde el inicio de su pontificado.

Vaciar las violencias

El Nobel de la paz ha resaltado los gestos de cercanía de su coterráneo Bergoglio: “Lo primero que hizo el Papa fue visitar Lampedusa, ese lugar del Mediterráneo, refugio de miles migrantes. Fue a hacer un llamado a parar la miseria, la guerra y a construir la paz”.

Para ahondar en este proceso de construcción de paz, ha recordado un dicho del budismo zen: “Un cántaro hay que vaciarlo para que entre la luz. Nosotros somos ese cántaro. Llevamos muchas violencias dentro, necesitamos vaciarlo y recrear el espíritu, porque si no tenemos esa fuerza espiritual, pierde sentido”.

Por tanto, la Iglesia tiene “esa misión de despertar conciencias, pero también poder vaciar esa cargas que tenemos, que no son cargas de un momento, sino de toda una cultura de la violencia.  La paz es la convivencia, es esto que se logró mucho en las comunidades eclesiales de base (CEBs) para poder trabajar y construir lo importante y descubrir la fuerza de la esperanza”.

Otro mundo es posible solo “si tenemos el coraje de sumar voluntades y que esto no depende de lo demás, sino de cada uno”, mientras “se invierte más en armas que en salvar la vida de los pueblos que sufren hambre” será una dura tarea.

Causas justas

Pérez Esquivel considera que “no hay guerra santas”, pero sí cree en las causas justas, en la que los pueblos tienen derecho a la autodefensa. Hace un recuento de las veces que en América Latina se ha plantado cara contra las dictaduras de forma no violenta, como por ejemplo, las Madres de la plaza de mayo en Argentina.

En general, califica las luchas del movimiento de las mujeres en todo el mundo como no violentas: “No necesitaron tomar la metralleta para cambiar la realidad y la Iglesia tiene que asumir ese desafío; hay muchas cosas valiosísimas dentro de la Iglesia, otras no. Todos no piensan igual, por lo que deben tener la conversión del corazón”.

Al respecto, invoca el llamado de Francisco a ser todos hermanos, en especial, con quien necesita una mano amiga, en especial, “dialogar con aquel que no necesita de la palabra, porque la palabra en sí es energía”.

“Fíjate, que la guerra no comienzan por las armas, comienzan con la palabra y la primer víctima de toda guerra es la verdad. Por eso, la Iglesia en la búsqueda de este camino asume el compromiso hacia la ascendencia y la convergencia espiritual en los valores que nos da Cristo” para lo cual se requiere de voluntad.

Crónicas de un Nobel

Antonio Pérez Esquivel tiene un cúmulo de anécdotas. Recuerda que invitado por el presidente de Francia François Mitterrand (1981-1995) conoció a la Madre Teresa de Calcuta analizaban los conflictos de entonces: “Ella dice no entiendo. Le seguí la corriente y le pregunté qué no entiende. Ella me dice una sola cosa hay que poner el amor en acción. Comprendí que el  amor en acción es esencial para la construcción de la paz. No podemos construir la paz sin amor, no puede ser un hombre o una mujer libre sin amor. Nadie puede amar por decreto, entonces si falta el amor todo lo que hacemos pierde sentido”.

También cuenta la vez que estuvo en cautiverio, en plena dictadura de Jorge Rafael Videla. Su captura fue un 04 de abril de 1977. Lo encarcelan en la Superintendencia de seguridad federal, calle Moreno: “Era un centro de torturas; me encierran en el tubo 14. Había una colchoneta con la que podía tener tacto con el suelo. Quería ir al baño. Golpeo para que el guardia me abra la puerta, cuando abrió, entró la luz del pasillo y en la pared había muchas inscripciones”.

Prosigue: “Entre las inscripciones, encontré insultos, nombres de club de fútbol, una oración a San Juan de la Cruz. Lo que más me impresionó y me quedó para siempre es una gran mancha de sangre en la pared y escrito por un prisionero (no sé por quién) con su propia sangre, decía, «Dios no mata».  Eso fue un acto de fe de profunda, de un sentir más que religioso, espiritual”.

Estuvo en la guerra de Irak en medio de los bombardeos de las grandes potencias lideradas por EEUU. Cuenta que “pasaron cosas tan tremendas. Llegamos y llevamos una pequeña carga de agua al hospital pediátrico de Bagdad y nos encontramos con una mujer musulmana. Era un refugio de niños que fue bombardeado por las grandes de potencias, mataron 600 niños”.

“Yamida, esta mujer musulmana, tenía a sus hijos allí hospitalizados. Se salvó, porque salió a lavar la ropa de sus hijos y cuando regresó sus pequeños ya no estaban. Nos encontrábamos un agnóstico, islámicos, evangélicos, católicos, budistas y en un momento a Yamida pidió hacer una oración”.

Este momento fue muy significativo para todos “incluso para el agnóstico. Ella le preguntó que si creía en el ser humano. Él responde afirmativamente. Entonces – dijo ella – no te preocupes, porque Dios está también en el ser humano y si tú estás aquí, es por algo. Lloramos, juntamos nuestras manos, lloramos por todos esos niños a quien le robaron la vida”.




Le puede interesar: Síntesis Fase Continental en América Latina y Caribe: “Esperanza creciente de vivir ya un nuevo tiempo para la Iglesia”


Recibe gratis por WhatsApp y Telegram las noticias de la Iglesia latinoamericana y caribeña https://bit.ly/3HcXLDU

Sigue toda la información sobre la «Fase continental» del Sínodo aquí https://bit.ly/3RguCLO

Descarga el Documento de reflexiones de la Asamblea Eclesial   https://bit.ly/3QXoffM


 

Post a comment