En medio de la lucha contra la violencia infantil, la iniciativa «Caminata Huellas de Ternura», del Programa Centralidad de la Niñez, llega a Costa Rica impulsada por diversas organizaciones religiosas, incluyendo la Pastoral Social de Cáritas Costa Rica y World Vision. Esta iniciativa, que se realizó del 9 al 16 de marzo en Costa Rica, tiene como objetivo sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de erradicar la violencia y promover la ternura en el trato hacia la niñez.
Según Andrea Jiménez, asistente de dirección del Centro Nacional de Catequesis de Costa Rica (CENACAT), fue una gestión difícil porque en el país “no existe todavía el PCN bien organizado”. Jimenez resaltó la colaboración entre la Iglesia Católica, la Asociación Nacional de Centros Educativos Católicos (NADECH), el departamento de educación religiosa de la Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR) y otras entidades. Asimismo, destacó el apoyo de World Vision en la comunicación de la campaña, afirmando que “ellos han sido un aliado muy importante para todos los procesos en Costa Rica”.
Violencia infantil en cifras
María Isabel Chacón, representante de la Pastoral Social de Cáritas, habló con Edder Araya, coordinador nacional de incidencia de World Vision, quien mencionó la relevancia de esta campaña regional. Araya señaló que les interesa abordar un enfoque de “ternura, horizontalidad y sobre todo la parte teológica de esa identidad cristiana que tanto nos importa de acercarse a la niñez con mucho respeto”.
Araya proporcionó datos impactantes sobre la violencia infantil al decir que «alrededor del mundo hay una cifra que mantiene Naciones Unidas de más de 1000 millones de niños que reciben algún tipo de violencia», por ejemplo, en Costa Rica, en el año 2022, se atendieron más de 3.000 situaciones relacionadas con abuso sexual, más de 11.000 casos de violencia física, 7.000 de violencia psicológica y 17.000 de negligencia en materia de salud, según informes del Patronato Nacional de la Infancia.
La raíz
La campaña «Huellas de Ternura» busca crear conciencia sobre estas problemáticas fomentando la reflexión y motivando acciones que ayuden a prevenir estas situaciones. Araya enfatizó que «la violencia está incrustada en una sociedad que observa la niñez como una persona que es casi como un objeto de la persona adulta». Por ello, es crucial abordar estas situaciones desde las comunidades de fe, las familias y la sociedad en general.
La labor de incidencia de World Vision se extiende más allá de la campaña, buscando establecer un compromiso continuo en la protección de la niñez. Araya comentó que quieren “lograr hacer del buen trato y de la crianza, del acercamiento a la ternura de Dios, una forma de vida”, en la cual transformen la realidad de los niños, niñas y personas.
Compromiso y acción colectiva
La firma del «Pacto de Ternura» es una de las acciones propuestas para involucrar a la sociedad en esta causa. Se precisó que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH los está respaldando con “una app para firmar el pacto en todo el país». Esta iniciativa busca unir a diversos aliados, instituciones y empresas en la protección de la niñez y la promoción de la ternura como herramienta fundamental para erradicar la violencia.
En última instancia, tanto Chacón como Araya reiteraron la trascendencia de trabajar de manera continua en la prevención de la violencia infantil y en la promoción de entornos seguros y amorosos para los niños y niñas de Costa Rica. Araya afirmó que “una de las cosas más importantes es reconocer que como adultos somos responsables de ese buen trato, de ese cuidado hacia las personas menores de edad».
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Caminata digital
Por su parte Jiménez del CENACAT, subrayó que por diversas contingencias no realizaron la caminata de forma presencial sino que fue una “caminata digital a través de las redes sociales utilizando el hashtag #huellasdeternura o #dejatuhuelladeternura». Esta estrategia permitió una amplia difusión de la iniciativa y generó un movimiento significativo en las redes sociales, a pesar de los desafíos organizativos.
A pesar de los obstáculos, la iniciativa logró involucrar a la mayoría de las diócesis en Costa Rica, con la realización de misas y actividades relacionadas con la campaña. Se fomentó la participación en diferentes espacios, como “las catequesis y las reuniones de pastoral familiar y juvenil en las parroquias”. Jimenez expresó satisfacción por el nivel de participación y el impacto generado por la caminata digital, que representó un esfuerzo conjunto para promover un cambio positivo en la sociedad costarricense y proteger a los niños y niñas de la violencia.
La «Caminata Huellas de Ternura» es más que un evento; es un llamado a la acción para toda la sociedad costarricense, una oportunidad para dejar una marca indeleble de amor y protección en la vida de los más vulnerables: los niños y niñas.
Con informaciones de Radio Fides
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