Iglesia de Cuba inaugura nuevo curso 2023-2024 en el seminario de La Habana y unifica la formación sacerdotal

El Real Seminario Conciliar de San Carlos y San Ambrosio de La Habana inauguró el curso 2023-2024. 26 seminaristas de todo el país cursarán estudios en esta casa de estudio y están distribuidos en tres etapas: propedéutico, discipulado y configuración, quienes “en adelante vivirán en la arquidiócesis habanera” como parte de la unificación hecha por los obispos para optimizar la formación sacerdotal.

Se ofreció una eucaristía ‘votiva al Espíritu Santo’ “por el comienzo de esta nueva etapa de formación”, incluida una ceremonia de “compromiso de los docentes y formadores”, quienes han declarado “su adhesión a la enseñanza en sintonía con la Doctrina Social de la Iglesia y la propagación del conocimiento sustentado en la revelación”.

La misa fue presidida por el cardenal Juan de la Caridad García, arzobispo de La Habana y concelebrada por monseñor Giampiero Gloder, Nuncio Apostólico; monseñor José Antonio Satué, Obispo de Teruel y Albarracín; monseñor Juan Gabriel Díaz, Obispo de Matanzas

El cardenal, en su homilía, invitó a los seminaristas a dedicar “tiempo suficiente y establecido al estudio e invitó a rezar para que fructifique en este seminario y en sus vocaciones el deseo del pueblo cubano de sacerdotes buenos, santos, acogedores y serviciales”.

250 años de historia

Son 250 años de historia los que tiene el Real Seminario Conciliar de San Carlos y San Ambrosio. En la actualidad se ubica en un nuevo edificio “con más de una década de funcionamiento” por ello han decidido unificar en este lugar la formación sacerdotal de todo el país.

Al respecto, el padre Antonio Diego Hernández, actual rector del Seminario, comentó que la unificación “además de ser decisión de los obispos – responsables de la formación sacerdotal – responde al actual número de vocaciones.

“La Iglesia precisa un número suficiente de seminaristas en cada sede para que puedan vivir la experiencia formativa como comunidad, lo cual además de enriquecer sus caminos de fe, está en sintonía con la difícil situación que atraviesa el país”, ha dicho.

Por eso, el prelado destacó que se unen esfuerzos para “ofrecerles la mejor formación posible. La prioridad es que los jóvenes puedan ir configurando su corazón para la entrega a Cristo».

Para estos jóvenes “representa mucho la oración del Pueblo de Dios por el florecimiento de sus vocaciones”, sobre todo “en momentos donde tanto se necesita de la Esperanza cristiana. Recemos por cada uno de ellos, para que puedan llevar adelante una vida de servicio y consagración a la Iglesia desde sus pobrezas y virtudes”.