Amar a México: orando, participando y construyendo juntos la paz, fue el llamado de los obispos al cierre de su 116ª Asamblea Plenaria efectuada del 8 al12 de abril.
Un deseo que hicieron expreso en el mensaje al pueblo de Dios con el que culminaron los trabajos que, durante una semana, les permitieron reflexionar sobre la realidad del país y el compromiso constante de la Iglesia para acompañar situaciones decisivas para los mexicanos como es el caso del proceso electoral. «En esta Asamblea, los Obispos nos hemos propuesto renovar el esfuerzo para que la Iglesia en México siga trazando con esperanza el camino de la paz y difundiendo con profundo espíritu sinodal, los principios del Evangelio, en el contexto electoral que estamos viviendo», se lee en el documento.
Escucha y diálogo
Actitud que responde a la invitación del Papa Francisco y ante la que se mostraron dispuestos a caminar junto a la Iglesia universal, rumbo el Jubileo 2025, promoviendo con diversas iniciativas la oración personal y comunitaria.
Igualmente, destacaron el diálogo con los candidatos a la presidencia de la república como uno de los puntos más importantes en la agenda. «Hemos escuchado con atención a las dos candidatas sobre sus propuestas de gobierno y su visión de país”, lo que también esperan hacer con el candidato. «Los obispos intercambiamos impresiones sobre los análisis y propuestas presentadas, confrontando visiones y buscando posibilidades de entendimiento, con miras a establecer un diálogo permanente con el futuro gobierno que el pueblo mexicano, elegirá libremente en las urnas», confirmaron.
Plenamente conscientes del momento crucial que vive el país y que está marcado por grandes desafíos y oportunidades que suponen una gran responsabilidad para todos sus ciudadanos, los obispos hicieron tres invitaciones sobre temas específicos que ayudarán a expresar ese amor que cada uno profesa por su patria.
Amor real
«Nuestro amor por México», afirman los prelados, ha de invitar a la oración. La exhortación está dirigida a sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos y miembros de distintas iglesias cristianas. En general a todos los que creen en Dios y profesan alguna religión.
La “propuesta de la Iglesia es que juntos imploren la ayuda de Dios, en este momento tan importante para la Nación Mexicana, que se prepara para las elecciones”.
La solicitud recuerda que la oración logra reconciliar, hermanar y compartir; sueños que además de infundir fuerza para promover la paz ayudan a «capacitar para votar con responsabilidad social».
En segundo lugar, los obispos se dirigen a los mexicanos mayores de 18 años a los que invitan a participar responsablemente con su voto el próximo 2 de junio, día en el que se espera la elección de 20 mil cargos públicos de carácter federal, estatal y local. «Como ciudadanos mexicanos responsables, pongamos todo lo que esté de nuestra parte para que las próximas elecciones sean pacíficas, libres, conscientes, fiables y con resultados veraces», advierten.
En ese sentido, los obispos abogan por la construcción de un México unido, seguro, libre y próspero. «Hagamos que nuestro voto razonado y responsable sea escuchado y respetado. Participar votando es una misión que nos toca a todos», insisten.
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Constructores de paz
En tercer lugar, la invitación pasa por el rol que cada uno tiene en la construcción de la paz que además de ser una expresión de amor por el país, debe conducir a todos los ciudadanos e instituciones a la búsqueda de nuevos horizontes de justicia frente a la crisis de violencia y muerte que vive todo el país.
«Los obispos de México hacemos un llamado a los distintos órdenes del gobierno, a los candidatos, a las universidades, a las organizaciones de la sociedad civil, a los empresarios, asociaciones religiosas y toda persona de buena voluntad para que se unan a los trabajos que se han venido realizando en mesas de diálogo, compromisos y encuentros nacionales que han dado como fruto la agenda nacional por la paz», explican.
Una agenda que están seguros propone un cambio esencial para la conciencia colectiva, lo que implica alejarse de la cultura de violencia y abrazar una cultura de paz que reafirma el valor de la vida, la dignidad humana, la fraternidad y la casa común porque según advierten ¡Construir la paz es la urgencia de México!
Invitaciones que los obispos al cierre de su 116ª asamblea plenaria entregan a la opinión pública y a la intercesión de la virgen de Guadalupe, Madre del amor y de la ternura que, en su experiencia histórica de fe, ha unido y reconciliado las culturas que dieron origen al país. A ella le piden que les conceda unas elecciones pacíficas, un buen gobierno, un México en paz y una Iglesia más sinodal, orante y servidora.
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