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Inaugurado encuentro de Comisiones episcopales de Liturgia de América Latina y el Caribe para celebrar los 60 años de Sacrosanctum concilium

Analizar los desafíos actuales de la liturgia bajo tres dimensiones: inculturación, formación y pastoral. Bajo esta premisa el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) ha convocado a las Comisiones episcopales de liturgia del continente para conmemorar los 60 años de Sacrosanctum Concilium del 4 al 7 de diciembre, en Bogotá.

Para llegar a este momento, el Celam realizó encuentros y actividades formativas, a lo largo de 2023, para profundizar en los aportes de esta constitución sobre la sagrada liturgia, aprobada en el Concilio Vaticano II, explicó el padre Pedro Brassesco, secretario general adjunto del Celam,

Al respecto añadió que esperan constituir una red o equipo latinoamericano de liturgia que nos ayude “a trabajar en conjunto para seguir profundizando sobre estos temas” para aportar elementos al actual camino sinodal al que ha llamado el Papa Francisco.

Son frutos que en América Latina comienzan a recogerse, por ejemplo, la inculturación desde hace años se ha venido configurando y, en la actualidad, “se está trabajando en un rito amazónico” como parte de los encargos del Sínodo de 2019 para esta región como también en un rito maya, “son expresiones para asumir la vida litúrgica desde las particularidades culturales”.

“También el tema de la formación es un desafío ya que no contamos en el continente americano con ningún ámbito concreto de formación como licenciatura o postgrado en esta áre y pensar juntos una propuesta en este sentido sería muy interesante”, acotó.

La Liturgia: obra de la redención

El encuentro inició con los saludos protocolares a cargo de las autoridades del Celam: monseñor Jaime Spengler, presidente, mediante video mensaje, y monseñor Lizardo Estrada, secretario general.

La conferencia inaugural “Memoria, actualidad y desafíos de la renovación litúrgica a 60 años de la Sacrosanctum concilium” fue encomendada a monseñor Aurelio García, subsecretario del Dicasterio del culto divino y disciplina de los sacramentos.

Si hay algo clave en Sacrosanctum concilium es “su preocupación pastoral” que evidencia cómo la Iglesia “va saliendo al frente de algunas de las dificultades orientando a lo largo del postconcilio”.

El prelado español aseguró que no hay una definición sobre Liturgia: “Hasta ahora no tenemos ningún documento eclesial que defina la Liturgia, la describen, pero no la definen”.

Echando mano de la propia constitución, en su artículo segundo, refiere una “afirmación clara”, que reza así: “La Liturgia, por cuyo medio «se ejerce la obra de nuestra Redención», sobre todo en el divino sacrificio de la Eucaristía”, que pudiera equivaler a una definición. Monseñor García explicó que es una oración que proviene del Misal de Pío V.

En definitiva, “en la Liturgia se perpetúa, se prolonga y se actualiza, la obra de la redención, que es la obra de Cristo a la que se accede sacramentalmente”, por ende, la Sacrosanctum concilium tiene un lenguaje bíblico, litúrgico, patrístico, novedoso.

Dimensión cristológica

El prelado español ha planteado la importancia de la dimensión cristológica y eclesiológica contenida en la constitución y que “la recorre transversalmente” así que “Sanctorum concilium parte de Cristo y Cristo lleva a la Iglesia”.

De hecho, el papa Francisco de cara a la preparación del Jubileo de 2025 ha pedido se estudien las cuatro constituciones del Concilio Vaticano II y entre los documentos que ha preparado el Dicasterio del culto divino y disciplina de los sacramentos “se plantea que hay una insuficiente noción de que es la liturgia”.

En este sentido será importante ahondar en la teología de la liturgia “captar su significado”, de allí que ha invitado a re-leer el número 7 de la constitución, “es magistral”, que aborda la relación entre la liturgia y la historia de la salvación.

El mencionado capítulo señala: “Para realizar una obra tan grande, Cristo está siempre presente en su Iglesia, sobre todo en la acción litúrgica”, por eso, preguntó: “¿Cuál sería tu actitud ante Cristo?”.

Si bien la Liturgia forma parte de todo un conjunto, no debería quedar en un segundo plano, “es prioritaria” por tanto debería incluirse en “nuestro programas eclesiales y pastorales”.

Un aspecto que “llama la atención” de Sacrosanctum concilium es que no se menciona al Espíritu Santo, “es una de las carencias de la constitución, la pneumatología, en especial, en este número 7, pero que ha sido complementada en toda la teología postconciliar”.

Todo el pueblo de Dios

Monseñor García también hizo un paralelismo entre los cambios sustanciales del Concilio de Trento (1545) con el Concilio Vaticano II (1962). Mientras en Trento se planteaba que el único quien celebraba era el sacerdote, incluso hasta el misal de Juan XXIII en 1962 se establecía así.

“Eso respondía a una eclesiología jerárquica, que funcionó en ese contexto, el sacerdote representaba al pueblo en la oración. Era el deputado (delegado) para rezar en nombre del pueblo”, comentó.

Sin embargo, pasados más de 400 años de Trento esa realidad cambió, “el mundo cambió” y Vaticano II destacó la participación del “populus” haciendo un documento sobre la naturaleza de la Iglesia, entonces cambia de visión: “¿Quién celebra? Todo el pueblo de Dios”.

Pío XII ya había adelantado en las rúbricas de su vigilia pascual: “Pueblo congregado, el sacerdote preparado se dirige al altar”. Se trata de una cuestión eclesiológica que implicó lo siguiente: “Si todo el pueblo celebra, tendrá que participar, incluida, su lengua vernácula para poder entender. De ahí vienen la serie de reformas planteadas en el Vaticano II”.

“Si en los años preconciliares eran los ministros ordenados quienes rezaban, en los años postconciliares es el pueblo de Dios que ora, porque cuando están dos o más reunidos en el nombre de Cristo, él está verdaderamente presente”, sostuvo.

Aportes del magisterio de Francisco

Para el prelado español el pontificado de Francisco es el más prolífico en materia de liturgia a diferencia de lo que sus críticos puedan decir. “Algunos comentaristas actuales reiteran que Francisco, no es un papa litúrgico. No estoy de acuerdo con esta afirmación”.

Asegura que este pontificado pasará “a la historia como uno de los pontificados con mayor incidencia en el mundo de la Liturgia”. Al menos – dice monseñor García – “estoy convencido, al menos en el rito romano, por algunas decisiones tomadas nombró cuatro intervenciones del Papa que suponen un verdadero reto no solo para el presente sino para el futuro de la liturgia”.

Así ha indicado que la Liturgia en el actual magisterio petrino se fundamenta en cuatro documentos: el motu proprio Magnum Principium (2017), Traditionis custodes (2021) o la nostalgia de la liturgia preconciliar, la carta apostólica Spiritu dominis (2021) o ministerialidad eclesial y litúrgica y la carta apostólica Desiderio desideravi (2022).

Documentos que todos deben revisar y estudiar a profundidad, toda vez que no duda que estos temas de ministerialidad de la Iglesia pudieran ser un tema de un próximo Sínodo y ha insistido que “la cuestión litúrgica no es secundaria” para recordar: “Más que transformar la liturgia, dejarnos transformar por ella”.




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