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Iván Ariel Fresia: “Hay que repensar el anuncio de Jesús a una generación que cambia más rápido que las instituciones”

Fueron seis meses de intenso trabajo. Propuesta, correcciones, entrega de los originales. “No se trata de un enfoque teológico de las juventudes sino más bien una perspectiva interpretativa de las ciencias sociales”, aclara Iván Fresia, religioso salesiano y argentino, quien ha desarrollado la investigación “Nuevos escenarios y subjetividades juveniles en América Latina. Desafíos y oportunidades pastorales”, que este jueves 10 de agosto será presentada en el programa Live Investigaciones Celam, a las 6:00 p.m. de Colombia, a través de FB celam.oficial y Youtube Celam TV.

Cuenta que a pedido del Observatorio socioantropológico pastoral del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) decidió desarrollar “un trabajo más interpretativo que descriptivo, más hermenéutico que analítico para dar cabida a una comprensión del fenómeno juvenil”. Así propuso seleccionar autores, bibliografía e informes que “den cuenta de algunos países latinoamericanos de los que tuviera fácil acceso”, porque de lo contrario “una investigación de tipo descriptiva y analítica hubiera sido muy difícil para un único investigador” como es su caso.

En la Iglesia caben todos

Culminó la JMJ Lisboa 2023, luego de este gran evento, ¿cómo analizamos los nuevos escenarios y subjetividades juveniles en América Latina?

“Pude seguir algunas instancias de la JMJ desde las publicaciones del Celam y de otros medios informativos. Sólo los discursos del Papa Francisco y el carisma que expresa para entrar en sintonía con las juventudes ya abre nuevos caminos a transitar para las comunidades eclesiales.

Por ejemplo: El Papa Francisco ha dicho “hacer el bien juntos, actuar concretamente y estar cerca de los más frágiles”. 1- Nos pone ante el desafío de una pastoral sinodal no solo porque caminamos y hacemos el bien juntos sino porque los jóvenes también están juntos a los adultos en los lugares donde se hacen las elecciones y se toman las decisiones. 2- Una pastoral de la acción concreta, samaritana, que no da tantas vueltas cuando se trata de hacer el bien. 3- Una pastoral que está cerca de los vulnerables, de los pobres y de los más frágiles sin preguntar si son creyentes o no. Una pastoral en salida y hospital de campaña que recibe, acoge y cura a todos los sufrientes.

También Francisco dijo: En la Iglesia hay espacio para todos. Para todos. En la Iglesia ninguno sobra. Ninguno está de más. Hay espacio para todos. Caben todos, todos, todos. Uff que fantástico!! Una formulación muy sencilla pero con una carga de significado formidable.

Jóvenes latinoamericanos del cono sur dijeron a la Asamblea Sinodal latinoamericana “sabemos porque se fueron nuestros amigos y amigas” y enumeran una serie de razones: porque eran feministas, porque padecían el flagelo de las drogas, porque no respetaron sus identidades y culturas, porque eran lesbianas o transgénero, porque quedaron embarazadas y no fueron acompañadas, y un largo etc. Una iglesia sin exclusiones donde quepan todos efectivamente es uno de los grandes desafíos para la pastoral.

Apropiarse de las tecnologías

¿Qué se entiende por el término “intersecciones múltiples entre dispositivos técnicos y racionalidades” con la que describe la era digital en su investigación?

“Es un concepto muy interesante y fructífero por lo que sugiere más que por lo que describe; porque no se trata de una definición de lugar aunque se refiera a ‘intersecciones’ ni tampoco de un fenómeno específico de la era digital. Se refiere a intersecciones de dispositivos y racionalidades.

Los dispositivos existieron desde siempre: la invención de la rueda, la manipulación del fuego, los dispositivos de lectura y escritura antes de la imprenta y posteriores a ella, etc. De la misma manera a esos dispositivos le siguen racionalidades diversas que legitiman o no, validan y justifican sus usos, difusión y aplicación en la sociedad.

Esas intersecciones pueden percibirse en la convivencia de múltiples formas de procesamiento complejo, diferenciado y diversificado de información; en la interconexión de sujetos y datos, comunidades y plataformas, herramientas tecnológicas y escenarios tradicionales, red de lugares y clonación de espacios presenciales y virtuales, tiempo cronológico (antes, ahora, después), tiempo subjetivo (ahora) y porvenir potencial (después).

Los rasgos propios de la época, como la realización de multitareas (multitasking), la narración de historias (storytelling), y las formas del lenguaje son producto de una lógica novedosa y diferente y no una degradación de las formas tradicionales más lineales y sucesivas.

Por eso, de no asumir las “intersecciones múltiples” se volverá difícil cualquier convergencia cultural entre “nativos digitales” y propuesta pastoral con sus procedimientos fuera de contextos.

Lo que para algunos puede verse como una connivencia ecléctica, carente de porvenir y síntesis de materiales que tergiversan lo mejor de la modernidad para algunos, y también hay que decirlo, para otros de la postmodernidad misma.

Una versión de fariseísmo

¿Y la Iglesia, sus instituciones y pastorales, qué?

“Las instituciones van a seguir resistiéndose a los cambios, achancando a las subjetividades nativas de la época las responsabilidades por su alejamiento de los caminos considerados válidos, porque no pareciera que la pastoral adapte sus lenguajes, modifique sus herramientas, reconsidere sus contenidos y formas de transmisión que incluya el diálogo, el debate, las preguntas, antes que las respuestas, la información de contenidos dogmáticos y el aprendizaje memorístico de formulaciones o el tránsito por lugares acostumbrados y propuestas ya experimentadas.

Pues así, esta actitud eclesial no será más que una versión del fariseísmo de las instituciones, que si bien son honestas en cuanto que expresan lo que creen sobre la sociedad y sus cambios, sobre las subjetividades y sus experiencias, terminan encerradas en una falsa conciencia fruto de una percepción ideológica que lleva a reforzar sus posiciones y a defenderse en nombre de la vida y la verdad, la argumentación y lo analítico, la escucha y el acompañamiento desde lugares comunes, para deslegitimar lo ambiguo e inacabado, lo relativo e indefinido de las subjetividades y la fluidez de la época que exige otras formas de escucha y acompañamiento en movimiento”.

Jóvenes en movimiento

¿Entonces cuál es el aporte al quehacer eclesial y pastoral de esta investigación?

“Uno de los aportes, en primer lugar, es una perspectiva social y cultural sobre las subjetividades y su impacto en la pastoral para repensar el anuncio de Jesús a una generación que cambia más rápido de lo que cambian las instituciones.

En segundo lugar, se trata de una mirada sobre las subjetividades juveniles en movimiento que desafía a la pastoral a moverse en dirección de las juventudes. Como dice Papa Francisco, se trata de poner a los jóvenes en movimiento y, a la vez, de poner en movimiento a las estructuras eclesiales.

Otro aporte es el surgimiento de una cultura inédita en la que las subjetividades juveniles son su sujeto y a la vez sus productores. Esas culturas y esas subjetividades desafían a la evangelización e inculturación del Evangelio.

Papa Francisco dice en Evangelii gaudium (Nro. 73) que se trata de imaginar nuevas propuestas, nuevos espacios, nuevas formas de comunicación que sean significativos en la vida de las juventudes”.

“Movernos en las incertidumbres”

Más allá de percepciones estereotipadas sobre las juventudes y sus prácticas, ¿cómo abrirnos a comprender otros modos de la experiencia religiosa, de la sociabilidad y de las relaciones con el entorno?

“El cómo siempre plantea aspectos de difícil resolución porque la respuesta inmediata que se espera son marcos de acción o acciones para realizar de manera concreta. Y eso es muy difícil porque los contextos son muy disímiles.

Lo que puede resultar para unos, para otros puede transformarse en un fiasco. Por eso, ante las percepciones estereotipadas sobre las juventudes y sus prácticas lo mejor es darse un tiempo, poner en stand by las respuestas y movernos en las incertidumbres.

Es difícil, sí, claro que lo es, porque siempre buscamos respuestas y certidumbre cuando nos vemos acosados por las novedades que acechan los marcos conocidos.

Esta época expone la subjetividad ante los otros aumentando el despliegue, intensificando las interacciones y dando una visibilidad inusitada en la virtualidad (plataformas, redes), transformando las percepciones y la cognición, en fin, la experiencia.

Las subjetividades están hechas de carne y píxeles, de sueños y expectativas siempre entran en conflicto y redefinición constante. Y esto es muy desafiante para la institución eclesial y las pastorales que piensan sólo en lo presencial, sobrevaloran el cara a cara, privilegian la transmisión y los contenidos antes que las emociones y las percepciones que hacen a su experiencia.

Por eso, se trata de movernos sin recetas ni prescripciones, salir e ir hacia adelante redefiniendo a cada paso las propuestas que hacemos. Porque las respuestas rápidas no suelen ser las mejores.

En todo caso debemos agilizar el pensamiento antes que la praxis y la acción propiamente dicha o, mejor aun, que la praxis pastoral agilice y retroalimente el pensamiento y la pasión de agentes pastorales vibrar con las juventudes y su época y no perder el paso de sus movimientos”.

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