ADN Celam

El próximo 21 de abril, cuarto domingo de Pascua, la Iglesia católica universal celebrará la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, iluminada este año por el mensaje del Papa Francisco: “Llamados a sembrar la esperanza y a construir la paz”, allí recuerda que «cada uno de nosotros, en su lugar, en su estado de vida, puede ser con la ayuda del Espíritu Santo, sembrador de esperanza y de paz».

Esta celebración se realiza en el contexto de la fiesta litúrgica de ‘Jesús, el Buen Pastor’ y es la ocasión para reza por los obispos y las vocaciones sacerdotales y religiosas; de ordinario, se dice que el cuarto domingo de Pascua es el día del obispo buen pastor.

Para hacer una reflexión sobre el mensaje propuesto por el Papa Francisco, ADN Celam contactó al padre Manuel Hernando Vega León, director de los Departamentos de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada, de la Conferencia Episcopal de Colombia, quien nos orientó desde su experiencia en este camino de celebración.

La oración camino para descubrir la voluntad de Dios

PREGUNTA: ¿Cuáles considera podrían ser los momentos relevantes para celebrar esta Jornada?

RESPUESTA: Primero y fundamental es que esta celebración nos permite acercarnos y contemplar a Cristo Resucitado, en una imagen entrañable de significado, la imagen de Jesús Buen Pastor. Para quienes hemos optado por una vida de especial consagración en el ministerio sacerdotal o la vida consagrada, el seguimiento de Jesús lo hacemos en la perspectiva de asumir las cualidades, virtudes y valores de quien inspira nuestra respuesta de servicio y de configuración con Él, que descubrimos en nuestro Señor que, como Buen Pastor, con su voz y sus enseñanzas transforma la vida y se hace servidor de los más débiles.

Igualmente, esta jornada la vivimos en el contexto del año de la oración, que para quienes estamos en el camino vocacional, acompañando o siendo acompañados, la oración es el camino más cierto y eficaz para descubrir cual es la voluntad de Dios en la propia vida. Sin duda alguna, el discernimiento vocacional se hace en el campo de la oración contemplativa, donde el silencio es el espacio propicio para escuchar la voz de Dios que reclama nuestra vida de bautizados para su servicio y el de la Iglesia. El Santo Padre nos ha invitado a intensificar la oración para pedir al dueño de la mies, envíe operarios para que trabajen en sus campos, esta invitación es la plegaria de la Iglesia que con esperanza pide a Dios nos regale hombres y mujeres para que dediquen y gasten su vida por la causa de Jesús.

Finalmente, la Iglesia se está preparando para el jubileo de la esperanza del 2025, por esta razón el Santo Padre nos ha invitado a aprovechar esta jornada, para que, en el contexto del sínodo de la sinodalidad, redescubramos en la diversidad de carismas que el Espíritu da a la Iglesia una oportunidad para caminar juntos y ver con esperanza la posibilidad de un mundo nuevo, en paz y reconciliado. De ahí el lema de esta jornada, caminamos como “peregrinos de la esperanza” hacia el Año Santo para que, redescubriendo la propia vocación y poniendo en relación los diversos dones del Espíritu, seamos en el mundo portadores y testigos del anhelo de Jesús: que formemos una sola familia, unida en el amor de Dios y sólida en el vínculo de la caridad, del compartir y de la fraternidad.

Los carismas en favor del bien común

P: En su mensaje para la 61.ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones el Santo Padre recuerda que cada uno de nosotros, en su lugar, en su estado de vida, puede ser con la ayuda del Espíritu Santo, sembrador de esperanza y de paz. Cómo entender esta invitación del Papa.

R: El Santo Padre en su mensaje hace una referencia a los signos de violencia y de muerte que hoy amenazan el futuro de la humanidad, su denuncia cierta no es una sentencia de fracaso o de aniquilación de la esperanza, al contrario el Santo Padre hace un llamado a poner todos los carismas, misiones y vocaciones que hay en la Iglesia al servicio de la construcción de un mundo que ha de aprender lo que significa caminar con otros, en la aceptación de las diferencias, pero sobre todo a saber escucharnos, para fortalecer las relaciones y el servicio.

Para lograr esto, hay que redescubrir la acción del Espíritu Santo que da a cada bautizado una misión, un carisma, una vocación de servicio a favor del bien común y de la construcción de un mundo justo, en paz y reconciliado.

La jornada de oración por las vocaciones es la oportunidad para evidenciar en el corazón de los jóvenes, de las familias, de los servidores públicos, de los profesionales, de los misioneros, de los consagrados, de los ministros ordenados en la vocación a la que han sido llamados, el don de servir a la Iglesia y al mundo, caminando juntos y escuchándonos unos a otros, para transformar estas realidades de muerte y desesperación en un mundo enriquecido por la vida y la esperanza de la justicia, la paz y la reconciliación.

Confrontar vivencia de la vida ministerial y consagrada

P: Ser peregrinos de esperanza y constructores de paz, desde el ámbito de la vida religiosa y consagrada. ¿Cómo avivar ese compromiso contraído en las nuevas generaciones vocacionales? ¿Cómo avivarles el fuego de la misión?

R: El magisterio del Papa Francisco nos ha dado criterios válidos y novedosos para responder a la llamada vocacional, la Ratio Universalis, que hemos traducido en la Ratio Nationalis, con la novedad de vivir la formación inicial en la que se debe fortalecer e integrar el encuentro con la adorable persona de Jesucristo, el seguimiento discipular y la configuración con Él, integrando en la propia vida las notas de Jesús Buen Pastor. Además de esto, en varias ocasiones el Papa ha confrontado la vida de los consagrados y ministros ordenados con la invitación a ser sacerdotes y consagrados en salida misionera, con olor de oveja, capaces de caminar con todos, de escuchar con paciencia y respeto, superando el clericalismo que por mucho tiempo y en muchos lugares se evidencia.

Estos aspectos que hoy se vuelven un derrotero para quienes quieren consagrar su vida al servicio de la Iglesia, son el camino que aviva y sustenta un nuevo estilo de ser, que transparenta a Cristo al servicio de la paz y la reconciliación. Ahora bien, muchos de estos criterios los estamos implementando y se van integrando en estas nuevas generaciones de ministros ordenados y consagrados, que con esperanza debemos acompañar con nuestra oración y ayuda.

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Los jóvenes son el presente de la Iglesia

P: Un mensaje para los jóvenes, de manera especial a aquellos que sienten desconfianza en la Iglesia

R: Los jóvenes han sido un tema central del magisterio del Santo Padre Francisco, el sínodo dedicado al cuidado pastoral de ellos y los mensajes en las jornadas mundiales de la juventud, son expresión de la atención que todos en la Iglesia debemos dar en este momento a la vida de los bautizados. Se insiste, además, en que deben ser cuidados, formados y acompañados, con el convencimiento que son los jóvenes el presente de la Iglesia, que su fuerza interior, su deseo de servir, su capacidad creativa para comprender el mundo, su sensibilidad para lo social y el cuidado de la casa común, se constituyen en la materia prima para lograr trasformaciones profundas y bien logradas en la transformación de estas realidades que hoy ponen en riesgo el futuro de la humanidad.

Por eso el afán del Santo Padre y de la Iglesia, por hacer de los distintos espacios eclesiásticos, lugares seguros para niños, jóvenes, adolescentes y familias. Es una invitación abierta de permitirle al Señor, entrar en esos corazones jóvenes, a dejarse interpelar por la propuesta de un proyecto de vida de entrega y amor por la humanidad, de gastar la existencia con sentido y criterio de Evangelio. Para esto es necesario que los jóvenes sientan a la Iglesia acogedora y segura, donde se puede actuar con libertad, donde la creatividad que caracteriza a estas nuevas generaciones se pueda realizar.

Gratitud y oración por los misioneros

P: Un mensaje a las religiosas, religiosos y consagrados que donan su vida en servicio de las comunidades más vulnerables, de manera especial en esos territorios de misión.

R: En el trabajo realizado durante estos años a favor de los ministros ordenados y la vida consagrada en Colombia, he podido constatar que, a pesar de la falta de testimonio de algunos hermanos nuestros, son mucho más los consagrados y sacerdotes que sirven a la Iglesia con dignidad, con amor a la Iglesia, en lugares remotos y difíciles, allá donde ni siquiera el Estado llega, en esos territorios hay presencia de Iglesia, a veces en condiciones muy difíciles, allí hay hombres y mujeres orantes, libres, alegres, sirviendo a Cristo con sabiduría y santidad.

Ellos nos inspiran e interpelan para dar lo mejor de nuestro corazón de llamados a servir en la edificación de la Iglesia del Señor Jesús. Por todos esos misioneros, servidores del Evangelio nuestra gratitud y oración para que los haga merecedores de los gozos de los bienaventurados. Y a quienes buscan responder a la llamada del Señor de servicio al Evangelio y la Iglesia, se inspiren en esos hermanos nuestros que con decisión gastan su vida amando a Dios y sirviendo a los hombres, especialmente a los más vulnerables en la sociedad.

Insumo pastoral

La Iglesia colombiana, durante estos días, ha venido animando la Semana Vocacional, haciendo eco de la reflexión del mensaje del Papa Francisco y del momento propio que vive la Iglesia universal, el Año de la Oración. Por esta razón, la Comisión Episcopal de Ministerios Ordenados y el Equipo de Apoyo de la Pastoral Vocacional, han desarrollado un documento guía que propone una metodología especial y momentos espirituales concretos a vivir.

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