Juan Antonio Ojeda, responsable de la promoción de proyectos de la Oficina Internacional de Educación Católica (OIEC) y consultor del Dicasterio para la Cultura y la Educación, habló del Pacto Educativo Global (PEG) en el seminario internacional sobre pensamiento social cristiano por los 40 años del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (Imdosoc), que ha comenzado este 22 de junio en México.
El hermano lasallista aseguró que el PEG es una oportunidad para cambiar la educación y a partir de ella cambiar la sociedad, porque “se nos ha ido deshumanizando, aumenta la violencia, el deterioro social, las relaciones fraternas y con el medioambiente”, por tanto, “estamos en una crisis y necesitamos replantearnos la educación para generar el cambio”.
De hecho, en toda la historia contemporánea “nunca habían estado tan de acuerdo la Iglesia y la sociedad civil” en un tema a partir de lo que el Papa hizo en 2020 al llamar a toda la humanidad a suscribir un pacto global por toda la educación, por cuanto esta “no es ya un sector, sino un área de lo social”.
Además la educación es “un sustrato que posibilita el ser y quehacer de las personas y la sociedad para responder a los desafíos de mañana”, en tanto debe seguir siendo un derecho para todos con “altos estándares de calidad”.
En definitiva, como lo ha planteado la Unesco en su último informe de 2021, la educación es el nuevo contrato social, en el que debemos reimaginar juntos el futuro y para lograrlo “debemos involucrar a todos los agentes educativos, sociales, culturales” para “generar juntos un nuevo modelo educativo por un mundo más humano, fraterno, solidario y sostenible”.
Aporte de todos
El religioso español ha encomiado los esfuerzos que el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) viene desarrollando a través del Centro de formación Cebitepal y el Centro de Gestión del Conocimiento sobre el PEG.
Al respecto, aseguró que “ese es el camino. Unir fuerzas, trabajar juntos. Eso no quiere decir trabajar de forma uniforme, sino que cada uno aporta sus talentos, esfuerzos, para construir este nuevo escenario educativo y social con el que soñamos”.
Y allí radica el gran potencial del PEG: “Salir al encuentro del otro, no quedarnos en el mero discurso” y “en eso el Celam ha acogido y puesto en su informe de investigación la propuesta de trabajo que hicimos desde la OIEC para construir este pacto educativo”.
Esta propuesta de la OIEC – retomada por el Celam – consta de cuatro fases: primero construir el pacto en el propio centro educativo; en segundo lugar, ser capaces de trabajar con otros centros católicos y no católicos; involucrar a las entidades de gobierno local y, por último, “incorporarnos a redes nacionales e internacionales”, porque “el gran éxito del PEG ha sido esa construcción desde lo local hacia lo global”.
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