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Los obispos ecuatorianos participan de Taller de Derechos Humanos: Qué hacer como Iglesia ante la realidad del país

Los obispos ecuatorianos han participado en Guayaquil los días 12 y 13 de julio de un taller organizado por la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) a través del Núcleo de Derechos Humanos, con el tema “La actividad del amor político: Organizando la esperanza”.

Respuesta a la profunda crisis en el país

Un taller que quiere ser una respuesta ante la “profunda crisis social, económica, política, democrática y de seguridad”, que vive Ecuador, que ha llevado a que “los derechos y libertades fundamentales de los ecuatorianos y ecuatorianas ya no están garantizados”, lo que se ha traducido en un récord de asesinatos, violencia en las cárceles, asaltos, robos, las “vacunas”, secuestros, amenazas y una destrucción a través del extractivismo ilegal.

Ante esa realidad los obispos ecuatorianos han tenido la oportunidad de responder a algunas cuestiones: ¿Qué podemos hacer como Iglesia frente a esta realidad? ¿Qué respuestas nos pueden acercar a construir el camino de un Jesús que devuelve la dignidad a sus hermanos?

Para ello ha sido abordado el tema de las vulneraciones de derechos humanos de las personas, familias, comunidades y pueblos, llevando a cabo un mapeo de esas realidades en el país. Ante esas realidades, se han estudiado las causas y consecuencias de esas vulneraciones de derechos humanos, para pasar a una reflexión personal que ha tenido como fundamento el capítulo V de Fratelli tutti y el Sueño Social de Querida Amazonía, para después compartir ejemplos de acciones y caminar de la Iglesia Ecuatoriana y de las Iglesias de la Panamazonía en la defensa de los Derechos Humanos. Todo ello para finalmente analizar la realidad interpeladora y la transformación de las causas de las vulneraciones de Derechos Humanos hacia la construcción del Reino de Justicia, Paz y Amor, buscando una propuesta de acción interrelacionado e Integral.

Qué hacer como Iglesia ante la vulneración de los Derechos Humanos

Un taller que, según Sonia Olea, miembro de Caritas Española y del Núcleo de Derechos Humanos de la REPAM, y una de las asesoras del taller, ha querido “hacer un acercamiento, una introducción a lo que sería el qué hacer ante la vulneración de los Derechos Humanos por parte de la Iglesia, cómo los obispos ecuatorianos afrontan esas vulneraciones y las acciones que se pueden hacer y con qué herramientas”. La metodología usada es la misma que Caritas Española lleva a cabo con otros colectivos, con las tres patas: análisis de la realidad, discernimiento a la luz del evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia y acción desde esa coherencia, insistió Olea.

La miembro del Núcleo de Derechos Humanos de la REPAM ha reconocido que para ella se trata, es la primera vez que ella hace un taller con obispos, viendo como algo de gran importancia el que la Conferencia Episcopal Ecuatoriana haya dado un paso así. “Esa Iglesia que está en frontera y que poco a poco busca que esto cale y que no se haga simplemente porque toca” resaltó Olea. Se trata de que “ante la realidad que se vive en cada diócesis y a la luz de la Palabra, del Reino de Dios, de paz, justicia, libertad y amor, qué toca hacer”.

Desde la parábola del Buen Samaritano, se han cuestionado las diferentes posturas: “puedo pasar al lado de una vulneración de Derecho Humanos e irme con otras preocupaciones, otros agobios, o priorizar y entender que hay que mirar al lado del camino, estar muy atentos a las vulneraciones y sobre todo dar respuesta”, en palabras de la miembro de Caritas Española. Según ella, “hay muchas respuestas, desde respuestas pastorales, de intervención social con Cáritas, de incidencia política, de sensibilización, de comunicación, de cambio interno, de cambio externo, de propuestas de políticas públicas a los gobiernos, son muchas las maneras”.

Necesidad de unirse y generar procesos de fraternidad y justicia

Los obispos, desde el número 180 de Fratelli tutti, han reflexionado sobre el por qué un individuo puede ayudar a una persona necesitada, pero no se une a otros para generar procesos sociales de fraternidad y de justicia para todos, entre en el campo de la más amplia caridad, la caridad política. Ante ello se aboga por la necesidad de partir de un proceso comunitario, personal y estructural, una urgencia ante el retroceso en los Derechos Humanos a nivel mundial, como denuncia el Papa Francisco en el número 179 de Fratelli tutti en el número 14 de Querida Amazonía, lo que llevó a cuestionar: “¿Qué podemos hacer?”, ante lo que la respuesta debe llevar a “aceptar el desafío de soñar y pensar en otra humanidad”, como recoge Fratelli tutti 127.

Es necesario partir de la realidad, en la que “muchas veces se percibe que, de hecho, los derechos humanos no son iguales para todos” (FT 22), y que “todo ser humano tiene derecho a vivir con dignidad y a desarrollarse integralmente y ese derecho básico no puede ser negado por ningún país” (FT 107). Ante ello es necesario insistir en el sentido comunitario de la vida, superando la prioridad de lo individual, buscando así el bien común y la superación de la indiferencia, del aislamiento, ideas presentes en Fratelli tutti, que siguiendo la parábola del Buen Samaritano llama a superar la “tentación que nos circunda de desentenderos de los demás, especialmente de los más débiles” (FT 63).

Ser parte activa en el auxilio de las sociedades heridas

Desde esa parábola es necesario recomenzar, pues cada día nos ofrece una nueva oportunidad, y somos desafiados a ser parte activa en el auxilio de las sociedades heridas, de ponernos al servicio del bien. Una realidad que nos llama a la responsabilidad, a vivir el amor fraterno, a reflejarlo en las políticas, a recomenzar desde abajo y juntos, desde lo concreto y local, con esperanza y audacia, con oración, con sueños, como los expresados en Querida Amazonía.

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Ante el conflicto se ha hecho ver la necesidad de incluir a las periferias, a los últimos, sentados a la mesa como pares, y con ellos llevar a cabo el discernimiento que nace del análisis de la realidad. Todo ello para encontrar el camino de justicia que es necesario que recorramos para que se superen las desigualdades sociales y se restablezca la dignidad humana.

Foto: Cáritas Ecuador

 

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