Los obispos de Ecuador al concluir su 155.ª Asamblea Plenaria, que se realizó en el marco de la celebración de los 150 años de Consagración de Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús, hicieron un llamado a sanar al mundo con la conversión del corazón.
Esa imagen histórica del Corazón abierto y traspasado de Jesús Resucitado fue inspiradora para la exhortación que publicaran los obispos al cierre de su reflexión. Allí señalaban que “la violencia de la crucifixión no fue sanada con más violencia sino con la cercanía de Dios especialmente a los más pobres y vulnerables”.
Cambio de estructuras desde el corazón
Como pastores del pueblo católico, los obispos exhortan a los creyentes a realizar cambios profundos de estructuras políticas, económicas y jurídicas, advirtiendo que, aún estos podrían no ser suficientes. «Podemos tener las estructuras más sabias y justas, pero si el corazón está enfermo, de poco o nada nos servirán. El cambio de estructuras comienza en el corazón».
Los prelados describen que, el corazón es el centro y la fuente de los pensamientos, sentimientos, sueños, decisiones y acciones, sean buenos o malos, los obispos insisten en que es allí donde se juegan la salvación y la perdición, el cielo y el infierno.
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Sanar las heridas de la indiferencia
«En el Ecuador de hoy -señala la misiva- como hijos de un único Padre estamos llamados a sanar un contexto familiar y social herido por la indiferencia de los “buenos”, por la crueldad de los violentos, por la pobreza de las mayorías, por la corrupción presente en todos los niveles de nuestra sociedad y por la contaminación y destrucción de nuestra Casa Común».
Asimismo, rechazan el enfrentamiento que en los últimos tiempos se está generando entre líderes sociales, y políticos. Además, develan la manipulación de las leyes garantizando con ello la impunidad de «quienes vendieron su alma al mejor postor, esto -agregan- sin importarles el futuro de nuestros niños y jóvenes, adultos y ancianos; normalizando lo que deberíamos rechazar, quitándonos la esperanza y sembrando caos y muerte».
Agregan además que, “Las heridas de este mundo solo se sanarán con acciones concretas”, aseguran los obispos ecuatorianos, poniendo en práctica y anunciando el Evangelio del perdón y de la paz, compartiendo los bienes, invirtiendo en educación, en calidad de vida, fuentes de trabajo y se vele por la salud integral.
Al concluir la lectura del mensaje de la Asamblea, que se realizó del 8 al 12 de abril, los obispos hicieron una oración por la Patria, así como también extendieron la invitación a la fraternidad, tema del 53º Congreso Eucarístico Internacional, que se celebrará de 8 al 15 de septiembre, en Quito, Ecuador.
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