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Testimonio de Lucía Alvear, la participante “con mayor edad” de la Asamblea Eclesial

Con especial interés comparto la experiencia vivida a casi un año de esta Primera Asamblea Eclesial, invitada por el Departamento de Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal de Colombia en mi condición de Presidenta de la Federación Colombiana de Institutos Seculares.

La organización estuvo a cargo del equipo del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) y su Presidente Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, Arzobispo Metropolitano de Trujillo, Perú. Acompañados por el Cardenal Marc Ouellet de la Congregación para los Obispos y el Cardenal Mario Grech, Secretario General del Sínodo de los Obispos.

Todos recordamos la V Conferencia General en Aparecida año 2007. El CELAM, en el momento de pensar en la próxima VI Conferencia, en diálogo con el Papa Francisco recibió la original propuesta de realizar la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, “con miras a reavivar Aparecida, la cual todavía tiene mucho que ofrecer”.

Esto significaba dar el paso de una asamblea, donde participaban sólo Obispos, a una Asamblea plenamente Eclesial, como expresión del ejercicio del “sensus fidelium”, con la presencia más amplia de nuestra única Iglesia, Pueblo de Dios, diversidad de ministerios y carismas: obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados, laicos. Con personas de las periferias materiales, culturales, geográficas y existenciales y de hermanos en Cristo en el sentido ecuménico de la fe, así como de otras religiones que quieren responder al llamado en común que Dios nos hace.

Esta Primera Asamblea Eclesial es un evento histórico:

1.- La Conferencia de Medellín, fue la recepción creativa del Concilio Vaticano II, en un contexto marcado por la pobreza y la exclusión.
2.- El objetivo de esta Primera Asamblea Eclesial es reavivar Aparecida, que reafirmó la renovación conciliar, y busca contribuir para una segunda recepción del Vaticano II en el nuevo contexto en que vivimos.
3.- Es todo un proceso de conversión, en comunión con el Concilio Vaticano II y con el Papa Francisco, en camino al Sínodo sobre la Sinodalidad, “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.
4.- Inaugura un nuevo organismo sinodal en el ámbito continental, que sitúa la colegialidad episcopal en el seno de la sinodalidad eclesial, expresión de la vinculación del Obispo con el Pueblo de Dios en su Iglesia Local, y de concepción de la Iglesia universal como una Iglesia de Iglesias Locales presididas en la unidad por el Obispo de la Iglesia de Roma, con Pedro y bajo Pedro.
5.- El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio. Lo que el Señor nos pide, en cierto sentido, ya está todo contenido en la palabra Sínodo. Caminar juntos, es un concepto fácil de expresar con palabras, pero no es tan fácil ponerlo en práctica.

Los desafíos pastorales

México fue la sede de la Asamblea, participamos oficialmente en total mil asambleístas, presencial y virtual, Más numerosas personas que se conectaron por diferentes redes sociales en señal abierta. No era el caso de producir documento de conclusiones, era un discernimiento comunitario.

Se conformaron 70 grupos de trabajo con metodología unificada, lo cual ayudó a definir los 41 desafíos más sobresalientes en América Latina y el Caribe,
de los cuales seleccionamos estos 12 más importantes:

1. Reconocer y valorar el protagonismo de los jóvenes en la comunidad eclesial y en la sociedad como agentes de transformación.
2. Acompañar a las víctimas de las injusticias sociales y eclesiales con procesos de reconocimiento y reparación.
3. Impulsar la participación activa de las mujeres en los ministerios, las instancias de gobierno, de discernimiento y decisión eclesial.
4. Promover y defender la dignidad de la vida y de la persona humana desde su concepción hasta la muerte natural.
5. Incrementar la formación en la sinodalidad para erradicar el clericalismo.
6. Promover la participación de los laicos en espacios de transformación cultural, político, social y eclesial.
7. Escuchar el clamor de los pobres, excluidos y descartados.
8. Reformar los itinerarios formativos de los seminarios incluyendo temáticas como ecología integral, pueblos originarios, inculturación e interculturalidad y pensamiento social de la Iglesia.
9. Renovar, a la luz de la Palabra de Dios y el Vaticano II, nuestro concepto y experiencia de Iglesia Pueblo de Dios, en comunión con la riqueza de su ministerialidad, que evite el clericalismo y favorezca la conversión pastoral.
10. Reafirmar y dar prioridad a una ecología integral en nuestras comunidades, a partir de los cuatro sueños de Querida Amazonía.
11. Propiciar el encuentro personal con Jesucristo encarnado en la realidad del continente.
12. Acompañar a los pueblos originarios y afrodescendientes en la defensa de la vida, la tierra y las culturas

Doy gracias al Señor por haber participado en esta Primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, derroche de amor a la Iglesia y de docilidad y fidelidad al Papa Francisco.


Lucia Alvear Ramírez (Colombia)
Presidenta de la Federación Colombiana de Institutos Seculares
Instituto Secular Fieles Siervas de Jesús, Colombia.

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