“Gracias”. Así empezó Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la comunicación de la Santa Sede, quien en un vídeomensaje ha expresado su cercanía a los participantes de la 2.ª Asamblea la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama), durante el cierre de este evento.
Ha recordado el Sínodo para la Amazonía (2019) y “pienso que esta asamblea de la Ceama nos dice que el camino continúa hacia adelante”, toda vez que ha compartido algunas claves desde “la comunicación” para “proteger vuestras raíces y tejer las redes de nuestra comunión”.
Un don recíproco
Comunicación que viene del corazón. Una imagen acuñada por el Papa Francisco y que Ruffini ha traído a colación. “No endurezcáis vuestro corazón, debéis ablandar vuestro corazón”, porque “esta es la invitación que Jesús nos hace para vivir unidos”.
La comunicación tiene un papel fundamental para “unir lo que está dividido”, de hecho, su raíz etimológica está constituida por ‘común’ y ‘unión’, porque es sobre todo “un don recíproco, un don de Dios que nace de la relación que se establece al hablarse, al escucharse y al comprenderse”.
Además “entrelaza nuestras diferencias y nos hacen miembros los unos de los otros”, por ende, el encuentro como el que están viviendo estos días “es muy valioso, no solo para vosotros, sino también para nosotros, para redescubrir que ya somos una red, para testimoniar la importancia de estar unidos y la belleza de la comunión”.
Por una comunicación alternativa
Ruffini ha reiterado que solo unidos “podremos impulsar el cambio que necesita la humanidad, solo con una buena comunicación podremos vencer la invasión colonizadora de los medios de comunicación de masas, denunciada por el Papa Francisco”.
Espera que esta 2.ªAsamblea sea el preludio hacia la “construcción de un mundo mejor y de una comunicación alternativa, un trabajo que estamos haciendo juntos, aunque estemos lejos”.
El laico italiano ha insistido que “debemos volver a tejer una narrativa diferente, una que no se rinda ante el mal, una que se base en el bien”, porque “estamos llamados a contribuir a un sistema de comunicación basado en la humanidad, más que en la tecnología de las máquinas o en el cálculo de los algoritmos”.
Para ello, es importante fomentar “una formación permanente, una presencia capilar y una asunción colectiva de responsabilidad”.
“Como afirma el documento final del Sínodo sobre la Amazonía, necesitamos una cultura comunicativa que favorezca el diálogo, la cultura del encuentro y el cuidado de nuestra casa común”, añadió.
Cultura del buen hablar
En medio de este contexto, el periodista italiano ha apelado a una conversión ecológica integral para “la difusión de la cultura del amor, del buen vivir y, por tanto, también de un buen comunicar, del buen hablar”.
Antepuso el valor de la comunicación humana, “del buen vivir de los pueblos amazónicos” frente al avance exponencial de las tecnologías y los sistemas digitales como la inteligencia artificial.
Como dice el Papa, “solo dotándonos de una mirada espiritual, sólo recuperando una sabiduría del corazón, podremos leer e interpretar la novedad de nuestro tiempo y redescubrir el camino de una comunicación plenamente humana”.
Para Ruffini “lo que necesita es la capacidad de mirar a la gente a los ojos, mirarnos unos a los otros, lo que hace falta es una mirada pura, capaz de volver a la unidad de lo que hemos dividido por egoísmo, solo la mirada pura es capaz de ver, de reconocer, de comprender”.
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