ADN Celam continúa en Aparecida, hoy recogiendo voces que nos ayudan a entender un poco más sobre la última Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe. Dos de nuestros entrevistados, Mons. Walmor Oliveira de Azevedo, arzobispo de Belo Horizonte y presidente de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), y Mons. Orlando Brandes, arzobispo de Aparecida, participaron 15 años atrás de la Conferencia.
Mons. Walmor: abrir el corazón para dejarnos interpelar por la fuerza de Aparecida
“La celebración de los 15 años de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y Caribeño es una oportunidad, una gracia de Dios, para retomar el rico camino y el horizonte misionero que nos dibujó el Documento de Aparecida”, según Mons. Walmor. El presidente del episcopado brasileño insistió en que “no es sólo la celebración de un evento, es en realidad una apertura de corazón para dejarnos interpelar por la fuerza de todo lo que allí se nos indica en las prioridades pastorales, misioneras y evangelizadoras”.
El arzobispo de Belo Horizonte ha pedido asumir “el reto de ser, en el seguimiento de Cristo, discípulos misioneros”. Según el prelado, “esto significa decir apertura de corazón para seguir a Jesús, poniéndolo en el centro de nuestra vida, es un encuentro personal y comunitario con Él”. Para ello ve necesario “colocar la centralidad de la Palabra de Dios para iluminarnos, porque es la verdadera comida y la verdadera bebida. Y quien está iluminado por la Palabra de Dios, está abierto al diálogo, y está especialmente abierto a la opción preferencial por los pobres”.
El presidente de la CNBB ha dicho alegrarse por esta oportunidad, haciendo ver lo bueno que sería “que volvamos a visitar y nos dejemos bañar por las intuiciones e indicaciones cualificadas del Documento de Aparecida, para que seamos capaces de responder a la gran convocatoria que nos hace el Papa Francisco, rescatando el primer milenio el sentido de una Iglesia sinodal, para que seamos capaces de dar las respuestas de este tiempo”. Finalmente invitó a que “seamos discípulos misioneros, para que nuestros pueblos tengan vida en Él, Cristo, Camino, Verdad y Vida”.
Mons. Orlando: un enriquecimiento que nos exige actualizar
Mirando a lo sucedido 15 años atrás, Mons. Orlando Brandes ve la realización de la V Conferencia del Celam en Aparecida como algo que “ayudó mucho a nuestro clero y a nuestros fieles, porque participaron en las misas, muchos trabajaban dentro, aquí en el Santuario, compartiendo más directamente todos los acontecimientos y hasta hoy resuenan las experiencias que cada hermano tuvo, el encuentro con el Papa Benedicto XVI, en fin con los obispos que se mezclaron entre la gente, entre los peregrinos”.
Fue un momento en el que “nos enriquecimos mucho y por eso tenemos la gran responsabilidad de actualizar el Documento de Aparecida”, afirma Mons. Orlando. El arzobispo local ha recordado cuatro puntos importantes: “la elección de este lugar, la presencia de los peregrinos, la Madre Aparecida, que atrae a todo Brasil y a muchos otros lugares, y, finalmente, la gran gracia de los que ayudaron, los asesores que ayudaron mucho, mucho a la comunidad”.
También ha recordado que lo que marcó el corazón en 2007 fue que “la oración de los peregrinos, la presencia de los peregrinos, dio esa atmósfera religiosa, una atmósfera de Pentecostés a la V Conferencia”.
Padre Patriky: vivir y crecer en comunidad
El padre Patriky Samuel Batista, a la luz de Aparecida, ha recordado que “conocer a Jesucristo es nuestra alegría, anunciarlo es nuestra misión”. El secretario adjunto de la CNBB ha señalado que “a 15 años de la Conferencia Episcopal Latinoamericana y Caribeña realizada aquí en Aparecida, hoy tenemos la alegría de recordar este evento que marcó profundamente la vida de la Iglesia en América Latina, y para nosotros en Brasil, motivándonos aún más a vivir y crecer en comunidad, viviendo la alegría del Evangelio, saliendo al encuentro de cada persona, en las periferias existenciales y geográficas”.
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Lo vivido en estos días en las celebraciones de los 15 años,” nos motiva aún más para darnos cuenta del impacto del Documento de Aparecida en la acción evangelizadora de la Iglesia en Brasil, y nos motivan aún más para que ahora, en el camino sinodal, demos pasos concretos hacia este nuevo tiempo que estamos viviendo: comunión, participación y misión”. Por eso insiste en la importancia de “un acontecimiento tan importante en la vida de todos nosotros, en nuestros encargos pastorales, en la vida de nuestras comunidades”. Desde ahí ha pedido que “ahora, a los pies de Madre Aparecida, podamos buscar un nuevo impulso para seguir evangelizando al servicio de la vida, al servicio del Evangelio”.
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