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Cardenal Steiner beatifica a la niña Benigna, «defensora de la dignidad de la mujer, icono contra los abusos sexuales a niños y adolescentes”

En el día de 81º aniversario de su martirio, la ciudad de Crato, en el estado brasileño de Ceará, acogió la ceremonia de beatificación de Benigna Cardoso da Silva, la niña de 13 años que murió apuñalada al defenderse del acoso sexual de un joven, algo que había ocurrido en repetidas ocasiones, mientras iba a buscar agua a un pozo cercano al lugar donde vivía. Una adolescente que es considerada un símbolo de la lucha contra el feminicidio y el abuso sexual de niños y adolescentes.

 

Una niña que muestra el valor de la mujer

Nacida en Santa do Cariri el 15 de octubre de 1928, huérfana de padre y madre a la edad de un año, los pocos datos biográficos conocidos dicen que fue una asidua fiel a las misas en la Iglesia Matriz de la ciudad. Su asesinato causó una gran conmoción y la escena del crimen, donde pronto se construyó una pequeña capilla, y su tumba se convirtieron en puntos de visita.

El representante del Papa Francisco en la ceremonia de beatificación, concelebrada por unos 20 obispos, cientos de sacerdotes y a la que asistieron miles de devotos de la nueva beata, fue el cardenal Leonardo Steiner, quien se mostró sorprendido por el nombramiento. El arzobispo de Manaos, que dijo estar muy contento de poder presidir una celebración importante para el estado de Ceará y para la Iglesia en Brasil, definió a la nueva beata como «una niña que muestra el valor de la mujer, la dignidad de la mujer, pero también muestra un gran amor a Jesús«.

 

Una gran lección ante el feminicidio y el abuso a niños y adolescentes

El cardenal destacó de Benigna «lo fiel que fue en el seguimiento de Jesús», y cómo representa «la integridad de la mujer, la dignidad de la mujer. Incluso siendo asesinada, muestra lo que significa para una mujer tener dignidad, preserva su dignidad, lucha por su dignidad», actitud que definió como «una gran lección ante el feminicidio y ante el abuso de niños y adolescentes«, considerándola como la beata que puede ayudarnos a superar estos crímenes.

El arzobispo de Manaos destacó el amor de la Beata Benigna por la Palabra de Dios, por los relatos de la Sagrada Escritura. También el hecho de que cuidara de sus tías que la adoptaron junto con sus hermanos y el hecho de que no dejara el lugar donde vivía, incluso ante los consejos de hacerlo, para seguir cuidando de sus tías. En este sentido, dijo que podía considerar a la nueva beata como «la mártir del cuidado«.

 

Lugar de vida que se vuelve lugar de la muerte

En su homilía, recordando las circunstancias de su muerte y el pasaje evangélico leído durante la celebración, que narra el encuentro de Jesús con la samaritana en el pozo de Siquem, el arzobispo de Manaos definió el pozo como el lugar «donde se encuentra el agua que preserva y concede la vida, que sacia la sed de todos», viendo en la nueva beata «a la mujer-niña que fue al pozo en busca del agua que la hizo recorrer el camino del servicio, de la dignidad, de la santidad». Alguien que «fue al pozo en busca de agua», para quien «el lugar del agua, de la vida, se convirtió en un lugar de agresión, de violencia, un lugar de muerte. Lugar de muerte, fuente de resistencia, de transparencia, de fuerza, de dignidad. En la fuente, Benigna ofrece su vida en fidelidad a Jesús».

En Benigna, el arzobispo de Manaos subrayó que «¡desde muy temprana edad la Palabra y la Eucaristía eran bebida y alimento! De esta fuente recibió fuerza para perseverar, para resistir, para templarse, para permanecer fiel a los deseos de su corazón”. También que al participar en la comunidad y cuidar a sus tías enfermas, «creció en bondad, generosidad, en el cuidado de los ancianos, ¡aprendió en su infancia a amar a Jesús! Su amor, su misericordia, la llevó al martirio”.

 

Arrepentimiento de su asesino

En ella, el cardenal Steiner ve, siguiendo el Libro de los Cánticos, «un amor fiel, límpido, puro, virginal», insistiendo en que «el amor vence a la muerte. En la muerte vemos y percibimos la grandeza transparente y fuerte de un amor benigno, la dulzura, la ternura de Dios». Un amor que «en la muerte vence transparentemente las pasiones y deja nacer y ver el amor puro y casto«, siguiendo las palabras de San Pablo, que resuenan «ante la brutalidad, incluso de nuestros días en relación con los niños maltratados y los feminicidios».

Un elemento destacado por el arzobispo de Manaos fue el arrepentimiento del hombre que llevó a Benigna a la muerte. Según él, «la pureza y la fuerza llevan al joven a la reconciliación, a la conversión. Es admirable que la busque como intercesora y sea escuchado», insistiendo en que «no hay venganza, indiferencia, rechazo, sino la acogida de un hombre arrepentido».

 

Protectora e intercesora por los niños y adolescentes

Una beata a la que el purpurado ve como «indicadora y defensora de la dignidad de la mujer». Benigna es «un ejemplo de la no subyugación de la mujer, una defensora de su fuerza y valor, de la dignidad y la belleza, de la sexualidad y la maternidad, del vigor y la ternura. Prefirió la muerte a la pasión, prefirió la muerte a la ruptura de su dignidad». Alguien a quien «hoy contemplamos e invocamos como gestora de la Palabra de Dios, de la Eucaristía, de la atención a las personas necesitadas, como defensora de la dignidad de la mujer, como icono contra los abusos sexuales a niños y adolescentes, como niña de la misericordia en su atención a los ancianos, como indicación del camino de la pureza, la libertad y la santidad».

El cardenal Steiner le pidió que proteja e interceda por nuestros niños y adolescentes, para que «nuestros niños sean cuidados y amados, nuestros adolescentes respetados y madurados. Ayúdanos a superar el sufrimiento del abuso sexual y el feminicidio. Tu nacimiento en el martirio, tu presencia transparente, oh beata, ¡despierta a la dignidad de la mujer y a la superación del maltrato a los niños y adolescentes!”

 

Frutos de la beatificación

Una beatificación que ya está dando sus frutos, porque el mismo día en que tuvo lugar, «la instalación del Juzgado de Violencia Doméstica y Familiar contra la Mujer en el Distrito de Crato es un signo de esperanza. Se hace todo lo posible para agilizar los procedimientos y también para garantizar los derechos fundamentales de las mujeres en las relaciones domésticas y familiares», recordó el cardenal.

Según él, «Benigna nos anima a crear un ambiente familiar y social de cuidado, respeto y dignidad entre nosotros«, una necesidad en Brasil, donde el crimen del feminicidio y el abuso sexual contra niños y adolescentes son comunes y a menudo permanecen ocultos o son olvidados por el poder judicial. Una niña que en palabras del cardenal Leonardo Steiner nos dice que «la inocencia, la pureza, abrirá el camino para celebrar al Padre Cícero Beato y luego santo», lo que despertó aplausos en la multitud presente. El que es considerado por el pueblo nordestino, aunque todavía no lo sea por la Iglesia, como un santo, le pidió que «nos ayude a ser perseverantes y a no abandonar la fe en Jesús».

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Por último, el arzobispo de Manaos imploró la intercesión de la Beata Benigna: «Mira a nuestros niños, a nuestros jóvenes, que se sientan amados y atendidos. Que las mujeres sean respetadas en su dignidad, en su maternidad. Ayúdanos a contar las historias de Jesús, enséñanos a amar y vivir la Palabra de Dios, la Eucaristía».

 

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