“He venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”. Desde este paraje bíblico de Juan, el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio de Desarrollo Humano Integral del Vaticano, ha definido el desarrollo de los pueblos durante la segunda jornada de la Asamblea Extrordinaria en la sede del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam).
El purpurado compartió su experiencia como delegado del Papa Francisco en Ucrania, al respecto ha mencionado que fue “una experiencia sacramental, más que diplomática”, porque los ucranianos “entendieron muy bien el gesto del Santo Padre con nuestra visita”.
Evolución del desarrollo humano integral
En cuanto a la evolución de la categoría desarrollo humano integral, el cardenal Czerny explicó que “el Concilio Vaticano II decretó que la Iglesia debe abordar este gran objetivo – el desarrollo humano integral – dentro de las realidades concretas actuales que impiden su realización”.
Por ello, “la Iglesia capta los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de hoy, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren y expresa una buena nueva de la salvación para comunicarla a todos”.
De hecho, casi 60 años más tarde “la Praedicate Evangelium prácticamente repite que el pueblo de Dios cumple el mandato del Señor, que, al pedirnos que anunciemos el Evangelio, nos insta a cuidar de los hermanos y hermanas más débiles, de los enfermos y de los que sufren”.
En articulación con el Celam
Lamentablemente “el pecado estructural interfiere” el desarrollo humano integral de los pueblos, por ende, frente a ello, el camino sinodal es una alternativa para promover la dignidad humana dada por Dios.
“Lo que uno quiere para sí mismo, uno debe lógicamente promover para los demás”, en ello, “todo el Pueblo de Dios, los Obispos del mundo, el Santo Padre con la Curia Romana, se comprometen a promover el desarrollo humano integral de aquellos a quienes se les niega, especialmente de los pobres”.
“En este sentido, tengo la esperanza y la confianza de que caminaremos sinodalmente en este servicio mutuo como DSDHI y CELAM, donde hemos tenido ya experiencias muy positivas con algunas redes territoriales, redes temáticas, encuentros y seminarios, acompañamiento a acciones concretas, publicaciones”, apuntó.
Al respecto, el purpurado aseguró que “América Latina nos presenta intuiciones muy útiles para nuestro propio proceso, y ello nos permitirá entrar en esta dinámica de escucha mutua, acompañamiento mutuo y servicio mutuo, siguiendo el modelo de Jesús y las invitaciones que el Santo Padre nos hace”.
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