ADN Celam

El nuevo humanismo del Papa Francisco: ser gente normal, concreta, sencilla y con los pies a ras de suelo

ADN Celam. «El nuevo humanismo a partir del Papa Francisco», fue el tema del webinar organizado por la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), dentro del programa «Iglesia en Brasil -Panel» celebrado este 26 de mayo, con la presencia del Padre Manfredo Araújo de Oliveira, Mauricio Abdalla y Moisés Sbardelotto, coordinados por Mons. Joaquim Mol Guimarães.

Las luces del Papa Francisco

Un debate que ha estado precedido por el recuerdo de la Conferencia de Aparecida, que este mes de mayo cumple 15 años. Según el Obispo Auxiliar de Belo Horizonte, «estamos trayendo al Papa Francisco bajo las luces del Papa Francisco«, algo recogido en un libro sobre la misma temática que se está lanzando, en el que participan 25 autores de renombre, con una gran riqueza de reflexiones.

El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral de la Comunicación de la CNBB reflexionó sobre un tiempo marcado por la presencia de un pequeño grupo de multimillonarios que «condenan a millones de personas a la pobreza, a la miseria, al hambre, a un estado permanente de inanición», poniendo así a prueba el estado de derecho, con una gran influencia de las nuevas tecnologías, que no siempre aportan elementos positivos. En esta realidad, el Papa Francisco fue definido por Mons. Mol como «una voz que representa un faro en este mundo en crisis, oscurecido por muchas situaciones que deshumanizan lo humano«.

Millones de informaciones que dificultan la capacidad de pensar

El debate partió de la pregunta: «¿Cuáles son los presupuestos de este nuevo humanismo señalado por el Papa Francisco y cómo se expresan en el Magisterio del Papa Francisco?» El Padre Manfredo afirmó, citando al Papa Francisco, que la forma de organizar la sociedad, especialmente la economía, destruye al ser humano, hablando de la contaminación mental generada por millones de informaciones al mismo tiempo, que dificulta la capacidad de pensar, de una reflexión profunda.

El nuevo humanismo propuesto por el Papa Francisco supera el antropocentrismo propio de la Ilustración de la Modernidad, según el profesor emérito de la Universidad Federal de Ceará. Frente a esto, el Papa insiste en el valor propio de cada realidad, «que está enraizado en su propia constitución», algo fundamental para construir un proyecto alternativo al proyecto tecnocrático, donde el ser humano sea responsable de la Creación, dado que «todo está entrelazado con todo lo demás, todo forma parte de una gran unidad en la inmensa diversidad y complejidad de los seres», superando así las tentaciones de dominación, lo que lleva a una adecuada visión de conjunto, al cuidado de la naturaleza y de los pobres, porque «la degradación ambiental y la degradación social van juntas, como fruto del paradigma moderno«.

Eco-humanismo del Papa Francisco

El eco-humanismo es lo que define el nuevo humanismo del Papa Francisco, según Mauricio Abdalla, aunando los derechos del ser humano y de la naturaleza. El filósofo ve ahí la base de Laudato Si’, refiriéndose al grito de la Tierra y al grito de los pobres, del que hablaba Leonardo Boff, integrados en un solo grito. Abdalla afirmó que este humanismo es un anticapitalismo, dado su carácter antihumano y antinatural, algo presente en los discursos del Papa Francisco a los movimientos populares. Frente al capitalismo, la alternativa hoy es la organización desde la base, según el profesor de filosofía de la Universidad Federal de Espírito Santo. Una sociedad marcada por el beneficio, independientemente de lo que da ese beneficio, todo se convierte en mercancía. Ante esto, destacó el eco-humanismo como una invitación a pensar en alternativas que ayuden a transformar las estructuras actuales.

Moisés Sbardelotto abordó la cuestión del testimonio en el Papa Francisco, algo que no duda en decir que hace, «en primer lugar desde el propio Evangelio» y de sus opciones a lo largo de su vida. Con el término humanista, el Papa cuestiona el sentido que le damos a lo humano, según el profesor de la PUC Minas, trayendo a colación la raíz común que está en el humus, algo explícito en Laudato Si’, que asume al decir que «nosotros mismos somos tierra». Junto a esto destaca la idea de “común” para entender el humanismo del Papa Francisco, el hecho de ser hijos de la misma tierra nos hace hermanos. El común que lleva a ser «personas normales, concretas, sencillas, con los pies en la tierra, y por tanto comunes, que saben dialogar, convivir, con sus hermanas y hermanos, sean quienes sean«.

Un Papa muy terráqueo

Sbardelotto define al Papa Francisco como «muy terráqueo”, preocupado por la realidad concreta de las personas, que viven hoy en nuestro Planeta, y por la posibilidad de la existencia de este Planeta ante tanta destrucción. Destaca una de las máximas del pensamiento del Papa Francisco: «la realidad es más importante que la idea», algo que el periodista relacionó con la espiritualidad, muchas veces metafísica, olvidando la realidad. Reflexionó sobre los elementos presentes en el Papa Francisco: la Iglesia que sale a las periferias geográficas y existenciales, donde están los pobres, los descartados; los viajes internacionales, muestra de sus opciones eclesiales y políticas; sus encuentros con los movimientos populares; la Jornada Mundial de los Pobres; la idea de la Alegría en sus documentos; una Iglesia samaritana, al servicio; la Reforma de la Curia…

Respondiendo a las preguntas de los participantes, el Padre Manfredo advirtió que nos dirigimos hacia un Apocalipsis ecológico-social, que está ligado a un sistema económico. Ante esto el Papa Francisco hace una reflexión ética, queriendo responder a «una economía material que se mueve», reflexionando sobre las causas estructurales del modo de organizar la vida hoy.

El ser humano y la naturaleza en el centro

Frente a la cultura del descarte, algo intrínseco al capitalismo, según Mauricio Abdalla, abordando el tema de la Economía de Francisco y Clara, dijo que «al poner al ser humano y a la naturaleza en el centro, se tiene una contradicción fundamental con los fines del sistema capitalista, sometiendo la economía al ser humano y a la naturaleza, y no al revés, como es común en el sistema actual».

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Para poder impulsar el nuevo humanismo, Moisés Sbardelotto, con las palabras del Papa Francisco, dijo que la Iglesia tiene que volver a su misión inicial, que es anunciar el Evangelio. Esto significa «testimoniar con palabras y obras esta misericordia del Padre, especialmente tocando la carne sufriente de Cristo en los pobres«. Una Iglesia que no se preocupa de sí misma, sino que mira hacia fuera, sale a la calle, lo cual es desafiante, incómodo, comprometedor, nos pone en riesgo. En Brasil, una Iglesia que mira a las periferias, a los que sufren, especialmente en este período post-pandémico. Una presencia política, expresión de caridad y amor, que la Iglesia experimenta en el mismo Dios.

 

 

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