Encontrar caminos que lleven a descubrir por donde avanzar siempre es un desafío, también para Cáritas Latinoamericana y del Caribe, que este 4 de junio clausura su XX Congreso, que ha realizado en Puerto Rico, teniendo su abertura el 31 de mayo.
Continuidad a procesos eclesiales
Encontrar caminos para actuar, pero hacerlo dando continuidad a procesos que ya se vienen viviendo en la Iglesia, que en el caso de América Latina y el Caribe se ha visto marcado por la Asamblea Eclesial y el Proceso Sinodal Continental, viendo como eso determina la misión de Cáritas. Caminos que Elvy Monzant, secretario ejecutivo de la Red Clamor, quiso vislumbrar a partir de diferentes textos bíblicos.
Las mujeres del alba van al sepulcro y María Magdalena no necesitó ver al Resucitado para seguir confiando que él era el Señor. Desde ahí, Elvy Monzant insistió en que la vivencia del cristianismo no parte de una convicción ética, sino del encuentro con la persona de Jesús, citando a Benedicto XVI. Por eso defendió la necesaria experiencia de Jesús en Cáritas, ser hombres y mujeres del alba, para no ser funcionarios de una ONG. En esa perspectiva considera como desafío más importante para la Cáritas en el continente, no perder nuestra identidad, porque Cáritas es Iglesia y hace realidad la dimensión social de la evangelización, el ser caricia de Dios, el ser motor de la caridad, como ha dicho el Papa Francisco. Caritas es rostro de la Iglesia en medio del mundo y si vamos a hacer el bien, tenemos que hacerlo bien, necesario diálogo, pero desde lo que somos, insistió el laico venezolano.
Dedicar tiempo a escuchar
El encuentro de Jesús con el ciego, narrado en el capítulo 18 de Lucas, es un llamado a preguntar, a escuchar, a salir a escuchar los clamores del pobres y de la casa común. Por eso resaltó que “no se puede asumir que ya sabemos lo que el otro quiere”, no tomar decisiones por el otro, insistiendo en escuchar las necesidades reales para actuar. Desde ahí cuestionó: ¿Cuánto tiempo dedicamos a escuchar a las comunidades? ¿Qué peso tienen en nuestras planeaciones la escucha, especialmente de quienes nunca fueron escuchados, de los improbables? No podemos escuchar desde los escritorios, enfatizó, llamando a estar metidos en medio del pueblo, a patear la calle, a no dar por sentado lo que la gente necesita y evitar que los planes de Cáritas nazcan desde nuestras oficinas.
El pasaje de la mujer encorvada, narrado por Juan en el capítulo 13 de su Evangelio, le llevó a Elvy Monzant a abordar la cuestión de para qué escuchar, insistiendo en que “hay muchas cosas que encorvan a nuestros pueblos”. Ante ello, resaltó que lo que endereza son los procesos, no las acciones aisladas, llamando a “acompañar al pueblo para ser protagonistas de su desarrollo humano integral, para quitar las cargas que van encorvando a nuestra gente”.
Una economía con rostro diferente
El libro de los Hechos de los Apóstoles nos muestra en su capítulo 3 que lo mejor que podemos hacer por los pobres es ayudarlos a levantarse y caminar con sus pies, superar visiones asistencialistas, afirmó el secretario ejecutivo de la Red Clamor, que ve la necesidad de hacer asistencia, pero no quedarse en eso. Eso para que el pobre pueda ir convirtiéndose en sujeto protagonista de sus propios procesos. En el mismo libro, en el capítulo 2, se nos ayuda a reconocer una economía con rostro diferente que nace del compartir, y que, desde el destino universal de los bienes, nos ayuda a entender que el hambre es consecuencia de la inequidad.
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Igualmente reflexionó sobre la necesaria voz profética de la Iglesia, al hilo del capítulo 20 de Mateo, llamando a elegir un lado de la historia, el lado de los pobres, desde la historia de los pobres mirar la realidad, a cambiar la perspectiva, a no por, sino con los pobres, hacer incidencia política. Una Cáritas que es compañera de camino, que como Jesús se acerca y camina junto a los migrantes. Una Cáritas que se compromete con la ecología integral, que trabaja en red, en diálogo ecuménico e interreligioso, para así “construir el nosotros en un mundo tan necesitado de transformación”. Una Cáritas que tiene una perspectiva escatológica, pero comprometida en hacer de ésta, una vida mejor desde el compromiso y el servicio al Reino. Eso siguiendo una clave de esperanza que haga que los pueblos de continente vean llegar el día en que la vida triunfe.
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