Como un día de serenidad y profundidad ha definido Mons. Alberto Bochatey el funeral del Papa Benedicto celebrado este 5 de enero de 2023 en la Plaza de San Pedro.
Delegado del episcopado argentino
Como informa la Oficina de Comunicación y Prensa de la Conferencia Episcopal Argentina, el secretario de la Conferencia, en representación del episcopado argentino ha compartido sus impresiones sobre una Eucaristía en la que también participó Mons. Daniel Fernández, Obispo de Jujuy, quien se encuentra en Roma.
Según el secretario de la Conferencia Episcopal Argentina, “este jueves 5 de enero Roma amaneció especialmente triste, había una niebla muy especial, no tan habitual en Roma, era un día gris, plomo, sin lluvia, un día muy invernal, muy triste, casi haciendo juego con las jornadas de dolor que estamos viviendo. Se preparó una liturgia muy sencilla al igual que muy profunda, muy vivida”.
Unos 400 obispos y más de 4000 sacerdotes
Una celebración en la que han participado unos 400 obispos y más de 4000 sacerdotes, con una plaza de San Pedro llena, que superó las expectativas de los organizadores, que son expertos en estos cálculos, ha señalado el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de La Plata. El prelado relató la presencia de “muchísimos mandatarios y dignatarios de diversos países y el cuerpo diplomático de la Ciudad del Vaticano presentes en la Misa exequial, que calificó de muy profunda y en un clima de gran serenidad, con una homilía del Santo Padre, “sencilla, breve, concisa y siendo distintos aspectos de la vida, la personalidad y la enseñanza del Papa Benedicto XVI”.
“Era un clima muy sereno porque lo que podíamos hablar mientras esperaba y antes de rezar el Rosario, antes de la misa con otros obispos y cardenales, era en un clima de serenidad en la esperanza, saber que con la muerte no se acaba, sino que se transforma toda vida”, señaló Mons. Bochatey. Ante la muerte del Papa Benedicto reflexionó diciendo que “es cierto que con la muerte del Papa Benedicto XVI podemos pensar que muere un tipo de Iglesia, un tiempo de la Iglesia y con el Papa Francisco amanece otro tipo de realidad; es la continuidad, es lo que se vio hoy cuando el Papa Francisco ofreció su homilía y sobre todo, en el gesto final, antes de retirarse de la plaza el féretro del Papa emérito Benedicto XVI, donde Francisco, litúrgicamente le dio el responso y humana, humanamente, después de quitarse las vestiduras, un saludo humano muy especial, muy cercano”.
Aplauso final de agradecimiento y despedida
Un día de mucha profundidad, “donde todos estábamos concentrados en lo que estaba pasando. Muchos de los presentes éramos, habíamos sido nombrados obispos por el Papa Benedicto XVI, por lo tanto, te toca la vida, te la cambia radicalmente ese pedido del Papa para ejercer el ministerio episcopal”, insistió el prelado, que destacó el “gran aplauso, profundo, de agradecimiento, de despedida”, dado al final de la Misa. Algo con lo que “querían abrazar al Papa Benedicto XVI, querían tocarlo de alguna manera. Ese es el sonido que, como se inauguró, entre comillas, con el funeral de Pablo VI, continúa despidiendo al Papa, a todo el pueblo de Dios con un aplauso; terminado los cantos y la parte litúrgica de la Misa”.
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Finalmente, el Obispo auxiliar de La Plata ha insistido en que “ha sido una mañana intensa, donde todos estábamos convencidos que era algo importante y que se terminaba con esta muerte una etapa muy peculiar de la vida de la Iglesia en la vocación y las determinaciones del Papa emérito Benedicto XVI”.
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