“Una Iglesia en movimiento está llamando a una comunicación en movimiento”. Así inició su intervención la Hna. Nathalie Becquart, Subsecretaria de la Secretaría General del Sínodo, en la Asamblea Plenaria del Dicasterio para la Comunicación que se desarrolla en el Vaticano entre el 10 y el 12 de noviembre.
En palabras de la religiosa francesa, “el proceso sinodal es un proceso de comunicación”, más aún, “la comunicación está en el corazón del sínodo”, acentuó, refiriéndose al histórico proceso de diálogo que inició en octubre de 2021 y que continúa ahora con la fase continental.
Intervención de la Hna. Nathalie Becquart en la Asamblea Plenaria
Diálogo eclesial sin precedentes
Al señalar la riqueza de las contribuciones recibidas de 112 conferencias episcopales (de 114), 15 Iglesias orientales católicas, 17 dicasterios romanos, y un significativo número de congregaciones religiosas, movimientos y asociaciones de laicos, Becquart manifestó su convicción de que “estamos ante un diálogo eclesial sin precedentes en la historia de la Iglesia, no sólo por la cantidad de respuestas recibidas o el número de personas implicadas, sino también por la calidad de la participación”.
Sin duda, “estamos ante un nuevo estilo de Iglesia, una Iglesia que escucha”, subrayó la Subsecretaria de la Secretaría del Sínodo evocando la fuerza simbólica del pasaje bíblico de los discípulos de Emaús, donde “caminamos juntos como Cristo con los peregrinos de Emaús”.
Asamblea Plenaria del Dicasterio para la Comunicación
Desafíos en clave comunicativa y sinodal
Para responder al imperativo de escuchar la voz del Pueblo de Dios en medio de la experiencia comunicativa, la Hna. Nathalie planteó cinco grandes desafíos o llamadas a una comunicación en clave sinodal, que se derivan del proceso de escucha: (1) una llamada a escuchar y dialogar; (2) una llamada a una mejor comunicación; (3) una llamada a la transparencia; (4) una llamada a asumir nuevos lenguajes; (5) y una llamada a participar a través de una comunicación creativa.
Desde este horizonte, el papel de los comunicadores en la Iglesia se percibe como clave y fundamental. Es necesario, entonces, “promover y explicar la sinodalidad; compartir las experiencias de la sinodalidad, experiencias vivas, espirituales, y transformadoras; poner en práctica la sinodalidad en los equipos de comunicación; escuchar y dar voz a los más pobres, a los excluidos, a las periferias, a los que no tienen voz; y visibilizar historias e imágenes de sinodalidad”, concluyó la Subsecretaria de la Secretaría General del Sínodo.
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