Regina Coeli: Papa Francisco invita a vivir la experiencia de la Resurrección con nuestro testimonio

Durante el rezo mariano del Regina Coeli, este primero de abril, en la Octava de Pascua de 2024, el Papa Francisco animó a los cristianos a compartir la alegría que nace del “encuentro vivo con el Resucitado”.

El Pontífice explicó que esta alegría del Resucitado “es una emoción desbordante” que impulsa a las mujeres del Evangelio a correr para contar lo que han visto en el sepulcro cuando iban a embalsamar el cuerpo de Jesús.

“Compartir la alegría —ha dicho el Papa Francisco— es una experiencia maravillosa, que aprendemos desde muy pequeños” pero que las mujeres del relato evangélico experimentaron “de una manera mucho mayor”, aseveró.

Le puede interesar: El Papa Francisco clama por la paz en el mundo durante la bendición Urbi et Orbi

Revivir ese momento del Resucitado en nuestra vida

Al recordar que no hay mejor experiencia que la alegría de compartir, invitó a hacer memoria de ese momento feliz que cada uno haya podido vivir en su vida. «Intentemos recordar, cada uno de nosotros, un momento tan feliz que incluso nos costó expresarlo con palabras, ¡pero que quisimos contar enseguida a todos!».

Continuó señalando que «la resurrección de Jesús no es sólo una noticia maravillosa o el final feliz de una historia, sino algo que cambia nuestras vidas y la cambia por completo y para siempre. Es la victoria de la vida sobre la muerte».

«Jesús ha atravesado la oscuridad de la tumba y vive para siempre: su presencia puede llenarlo todo de luz. Con Él cada día se convierte en la etapa de un viaje eterno, cada «hoy» puede esperar un «mañana», cada final un nuevo comienzo, cada instante se proyecta más allá de los límites del tiempo, hacia la eternidad», señaló.

El obispo de Roma advirtió que, la alegría de la Resurrección no es algo lejano, antes bien esta fue otorgada a todo cristiano desde el mismo día del Bautizo, por lo que invitó a no renunciar a la alegría que nos deja la Pascua. Concluyó animando a buscar la alegría del Resucitado en la Eucaristía, el perdón, la oración, la caridad y el testimonio.