12 niños indígenas de la etnia warao, en el vicariato apostólico de Tucupita, al oriente venezolano, límites con Guyana, han muerto a causa de una extraña enfermedad. Así ha advertido la Red Eclesial Panamazónica (Repam) en este país.
Andres García, Misionero de la Consolata e indígena warao, explicó que la extraña enfermedad diezmó a nueve niños en menos de 72 horas. En 15 días han fallecido 12.
“El dolor de las familias es inmenso, como ven en las imágenes, ya no quedan ni lágrimas para llorar, sólo dolor y muchos interrogantes: ¿Qué está pasando? ¿Por qué? ¿Quién nos ayudará? ¿Cuándo? ¿Hasta cuándo? ¿Cuánto vale la vida de un indígena warao?”, expresó el sacerdote.
Entre los síntomas de la “enfermedad aún no diagnosticada” se encuentran: fiebre, dolor de cabeza y de cuello, convulsiones y, ya cerca de la muerte sienten opresión en el pecho.
También han alertado que algunos adultos presentan esta sintomatología. Por ahora, algunas muestras fueron llevadas a Caracas – capital del país – para examinar. “Esperamos resultados para establecer diagnóstico y lanzar tratamiento y prevención”, dijo.
Sin un parte oficial
Los decesos se registraron en las comunidades de Sakoinoko y Yorinanoko, a ocho horas por vía fluvial de la capital del estado de Delta Amacuro, Tucupita. Un grupo de la Dirección Regional de Salud se apersonó al lugar para investigar la enfermedad que padecen los niños indígenas de la zona.
Enrique Moraleda, cacique indígena, pide ayuda toda vez que “la comunidad se encuentra desconcertada y llena de miedo por lo que exigen ayuda inmediata y urgente para detener la situación”.
De momento no hay un parte oficial de las autoridades sanitarias. Los waraos son poblaciones aisladas geográficamente por lo que la acción gubernamental es casi nula.
Por ello, el padre García inquiere: “¿Cuántos más tenemos que morir y ver morir para que los que pueden remediar esto actúen con contundencia? ¿Los tiempos y los ritmos de actuación serían iguales si fuéramos hermanos, padres, hijos de los poderosos?”.
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Clamor de los waraos
El Misionero de La Consolata sigue preguntándose: “¿Habrá actualmente otras urgencias sanitarias por encima de ésta en nuestro Estado? ¿Otras prioridades por encima de la salvaguarda de la vida de los ciudadanos? ¿Sería distinto si estos brotes se estuvieran dando en los ‘barrios bien’ de Tucupita?”.
Por lo que apela al sentido de la fe: “Nuestra esperanza está en Aquél que hizo de los pobres y los oprimidos una prioridad en su vida y por ellos murió y confiando en toda la humanidad resucitó para librarnos del miedo a la muerte y a las fuerzas que quieren apagar la luz y la vida”.
Cuestionó que “la opción de los partidos socialistas [actualmente en el poder] de dar las mismas oportunidades a todos los ciudadanos, especialmente a los empobrecidos, de defender la vida de los débiles, igualando su condición con la de los poderosos”.
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