Bogotá, 02 de mayo de 2022 Por Mons. Rafael Cob, obispo de Puyo (Ecuador) No es la primera vez que la Repam entra en la ONU en Nueva York, para respaldar como Iglesia a los pueblos indígenas de la Amazonía, los pueblos indígenas en el Sínodo Amazónico celebrado en Roma en el 2019, pidieron que la Iglesia fuera su aliada del caminar de los pueblos indígenas y en la defensa de los derechos de los pueblos en la Amazonía. Recibe gratis por WhatsApp y Telegram las noticias de la Iglesia latinoamericana y caribeña https://bit.ly/3s8H18n Estos son los 41 desafíos que deja la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe https://bit.ly/3ye5lcK Descarga los subsidios pastorales para vivir en oración y con intensidad este tiempo de Cuaresma https://bit.ly/3CSDwJv En esta ocasión la Repam presentó el segundo informe de Derechos Humanos vulnerados en los pueblos amazónicos .como lo hará después en Washington en la OEA. Encabezados por el presidente de la Repam Cardenal Pedro Barreto, Mons. Rafael Cob Garcia vicepresidente y representantes del Núcleo de derechos humanos en la Repam P.Piter Hugles Coordinador de Derechos Humanos, Sonia Olea de Caritas Internacional de España y Liy Calderon representante del NÚcleo de derechos humanos de la Repam en Perú, llegábamos la tarde noche del martes, 26 de abril, a la ciudad de Nueva York, donde fuimos acogidos como en familia en la casa de los Hermanos de Maryknoll. Esta bella ciudad que nos recibió como pascua florecida por una primavera que embellece los jardines de sus calles. La ciudad de los rascacielos donde la vista se pierde en la altura queriendo contar los pisos de sus soberbios edificios que se elevan como altas torres desafiando a las nubes de su cielo. Después de recoger en la mañana las credenciales para pasar los rígidos controles en los espacios y estructuras con que cuenta la ONU para participar estos días en el foro mundial de los pueblos indígenas que se celebra aquí estos días . No faltaron reuniones con distintos niveles y personas que trabajan en favor de los derechos de los pueblos indígenas y de los mas vulnerables de la tierra. En la sede de las congregaciones religiosas acreditadas ante la ONU pudimos encontrarnos con el Relator General de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas,Dr.Francisco Cali. Fue un encuentro muy familiar y emotivo, allí además de escucharle le dimos como reconocimiento de su trabajo en favor de los derechos de los indígenas, un presente que simboliza una bonita vidriera que recoge los logotipos de la Repam y del Sínodo Amazónico, copia del vitral que esta colocado en la catedral de Puyo, quien muy emocionado agradecio este gesto. En la tarde del segundo día, pudimos participar en el foro, escuchando a varios indígenas representando a los distintos países del mundo, entre ellos, escuchamos a una representación del Ecuador. Al día siguiente tuvimos en la sede de las congregaciones religiosas el informe virtual de los derechos vulnerados en la Amazonía presentado por la Repam en la ONU, que coordinó Lily Calderón con la participación de distintos actore de diferentes países donde se han vulnerado […]
Mensaje de la Asamblea de la CNBB: «La situación actual es muy grave. Brasil no va bien»
Un mensaje de fe, esperanza y compromiso valiente con la vida y con Brasil, enviaron los obispos de Brasil al final de su 59ª Asamblea General, que en 2022 tiene lugar en dos momentos, uno virtual, que comenzó el 25 de abril y se encerró el 29, y otro presencial, que se celebrará a finales de agosto y principios de septiembre. Solidaridad para superar el COVID-19 En sus palabras, los obispos muestran su alegría ante la «explosión de solidaridad que ha marcado a todo el país en la lucha por la superación de la lacra sanitaria y social del COVID-19«, informando de lo mucho que se ha hecho y afirmando que «no hemos olvidado la muerte de más de 660.000 personas y nos solidarizamos con las familias». Los obispos también han reconocido el papel de los educadores, un tema que se abordó en la Campaña de Fraternidad 2022, que «nos llama a seguir luchando por una educación integral, inclusiva y de calidad». El mensaje denuncia la compleja y sistémica crisis ética, económica, social y política, acentuada con la pandemia, «exponiendo la desigualdad estructural arraigada en la sociedad brasileña». Los obispos no dudan en afirmar que «la situación actual es muy grave. Brasil no va bien. El hambre y la inseguridad alimentaria son un escándalo para el país», y junto a ello «la dilapidación de los ecosistemas, la falta de respeto a los derechos de los pueblos indígenas, quilombolas y ribereños, la persecución y criminalización de los líderes socioambientales, la precariedad de las acciones para combatir los crímenes contra el medio ambiente y los desastrosos proyectos parlamentarios contra la casa común». Violencia latente, explícita y creciente La consecuencia de esto, denuncia la Carta, es una «violencia latente, explícita y creciente«, como consecuencia de la «liberación y avance de la minería en tierras indígenas y otros territorios, la flexibilización de la tenencia y porte de armas, la legalización del juego, el feminicidio y el rechazo a los pobres», insistiendo en que «no contribuyen a la civilización del amor y hieren la fraternidad universal». Los obispos esperan que el gobierno «promueva grandes y urgentes cambios», y que lo haga «teniendo en cuenta los principios y valores de la Constitución de 1988». Con ello, piden que «no se permita la pérdida de derechos de los trabajadores y los pobres», que se supere la lógica de la confrontación, algo que cobra especial relevancia en este año electoral, en un escenario «de incertidumbre y radicalidad». Por ello, la carta insiste en que las elecciones «determinarán el proyecto de nación que queremos», haciendo un llamamiento al «ejercicio de la ciudadanía, con una participación política consciente, capaz de promover la ‘buena política’, como nos dice el Papa Francisco». Una política sana Brasil necesita, según sus obispos, «una política sana, que no esté sometida a la economía, sino que sea capaz de reformar las instituciones, coordinarlas y dotarlas de buenos procedimientos«. Frente a los «intentos de romper el orden institucional, abiertamente propagados hoy», la carta denuncia que «perturbar el proceso político, fomentar el caos y alentar acciones autoritarias definitivamente no son del interés del pueblo brasileño». Le puede interesar: Emilce […]
Mons. Jorge Lozano: «La fe es un don de Dios que cada uno acoge con libertad»
El encuentro con Jesús resucitado está al alcance de todos y en el Domingo de la misericordia, el segundo de la Pascua, Monseñor Jorge Lozano nos recuerda que la actitud de Tomás en el Evangelio, debe fortalecernos en la fe para acercarnos a los que siguen siendo esas llagas vivas de Cristo en el mundo. En su reflexión semanal el secretario general del Celam, advierte sobre los riesgos de permitir que la amargura y la desconfianza nos invadan y terminemos mirando la realidad casi seguros de que las cosas buenas nunca sucederán. Si no lo veo no lo creo El arzobispo de San Juan de Cuyo, retoma el pasaje de la Sagrada Escritura que muestra a un Tomás que se resiste a creer en la resurrección de la que ya han sido testigos los otros discípulos. Pese a su desconfianza, Tomás es sorprendido por el amor de Dios que se hace más latente con la resurrección, lo que nos permite afirmar que su incredulidad no nos aleja del Señor. Por el contrario, ofrece un espacio que una vez más, hace creíble la resurrección de Cristo y se expone para aumentar la fe de los discípulos; los de ese tiempo y los de ahora. «La fe nos colma de alegría. Por eso concluye Jesús: “¡Felices los que creen sin haber visto!,” afirma Monseñor Lozano. Lo mismo puede suceder en nuestra vida. La Pascua es el momento para seguir disfrutando el encuentro con Jesús resucitado, la ocasión para hallar sentido a la vida nueva en él y también en nosotros. Es así, que el pasaje de Tomás se convierte en una motivación suficiente para renovar nuestra fe en la resurrección y acercarnos más a nuestros hermanos, particularmente a los que reclaman de nosotros el servicio, el cuidado y la ternura. «Tomás termina creyendo y se expande más el amor de Dios entre los hombres,» afirma el obispo argentino, aclarando que ese mismo proceso es el que debemos experimentar ante las personas que representan el dolor, el abandono, la dificultad, la marginación; las llagas vivas de Cristo en el mundo y para quienes hemos de experimentar en nuestro corazón esa misericordia necesaria con quien lo necesita o los que en apariencia viven bien sin ella. Le puede interesar: 50 años del Cimi: «Nuevas formas de estar presentes con los pueblos indígenas» Perdón y misericordia Al explicar que desde el pontificado de San Juan Pablo II el segundo domingo de la Pascua está dedicado a la Misericordia, Monseñor Lozano asegura que quien la experimenta, está viviendo la Pascua de manera íntima, porque al reconciliarnos con Él le damos la oportunidad de hacer nuevas todas las cosas, reconvertir nuestra vida, para ser más conscientes de la necesidad de su amparo y que nuestras fuerzas sean realmente las de Él. «La celebración de la misericordia es la fiesta del perdón de Dios, de la puerta que nunca se cierra, de la mano de nuestro amigo es Jesús que nos espera«. Igualmente el prelado argentino recuerda que tras dos años de pandemia el Papa Francisco volverá a oficiar la misa de la Divina Misericordia en la Basílica de […]
Inmunizar corazones contra la pandemia de la indiferencia
Bogotá, 10 de abril de 2022 ADN Celam. Fue un anuncio lleno de incertidumbre. Ese 11 de marzo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de Salud(OMS), declaraba una pandemia que puso en jaquea la humanidad a causa de un nuevo coronavirus, originado en la ciudad de Wuhan, en China. Recibe gratis por WhatsApp y Telegram las noticias de la Iglesia latinoamericana y caribeña https://bit.ly/3s8H18n Estos son los 41 desafíos que deja la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe https://bit.ly/3ye5lcK Descarga los subsidios pastorales para vivir en oración y con intensidad este tiempo de Cuaresma https://bit.ly/3CSDwJv Dos semanas después, el 27 de marzo, el papa Francisco, en una vacía plaza de san Pedro, desnudaba las vulnerabilidades de la sociedad ‘moderna’ en su bendición Urbi et Orbi, con la misma pregunta que Jesús hizo a sus discípulos: “¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?”, para dar paso a un duro reclamo: “Codiciosos de ganancias, nos hemos dejado absorber por lo material y trastornar por la prisa. No nos hemos detenido ante tus llamadas, no nos hemos despertado ante guerras e injusticias del mundo, no hemos escuchado el grito de los pobres y de nuestro planeta gravemente enfermo”. La tormenta entonces comenzaba, pero con una pincelada de esperanza, el Santo Padre dibujó aquella poderosa metáfora: “Estamos en la misma barca”, porque “la tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al des-cubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades”. Le puede interesar: Llega Misión Celam #4: Iglesia, vacuna para los olvidados Narrativas de solidaridad Dos años después de aquel terrible mazazo, la esperanza resucita. Hombres y mujeres de Iglesia, el Pueblo de Dios (pastores, vida religiosa y laicos), “construyen un nuevo horizonte”, como apunta Agus-tín Salvia, coordinador de la investigación Balance social del ciclo COVID-19 en América Latina y el Caribe, desarrollada por el Centro Pastoral de Gestión del Conocimiento del Consejo Episcopal Latinoame-ricano (CELAM). Por ello –prosigue el laico argentino–, “eso significa que no hay lugar para los corazones cerrados, puesto que la Iglesia en salida tiene que estar abierta al laicado, no puede ser una Iglesia del clero para el pueblo, sino del pueblo con el clero”. El actual momento demanda desligarse de cualquier conservadurismo, porque “debemos ser transforma-dores, entender nuevas formas de hacer la Iglesia y de construir nuestra Iglesia, necesitamos nuevas formas de comunicar la palabra, nuevas maneras de acompañar a la sociedad en ese proceso”. Así como los científicos han buscado formas para encontrar en tiempo récord una vacuna contra el COVID-19, en el seno de la Iglesia se han venido tejiendo narrativas de solidaridad sinodales para responder con eficiencia en tiempos de pandemia, cuyas secuelas sociales pueden resultar más com-plejas todavía. Por ende, asegura Salvia, “son signos de los tiempos en donde la prédica de una buena nueva resulta muy importante para nuestra sociedad, en un momento cuando se pierden parámetros, se pierden horizontes, se pierden esperanzas, gana terreno la incertidumbre, la oscuridad, el se vale todo”. Para el investigador, todas estas situaciones son caldo de cultivo para la conflictividad social, donde la […]
La territorialidad amazónica
ADN Celam. La experiencia de la Iglesia discípula y misionera en la territorialidad geográfica, ecosistémica, espiritual y socio-cultural panamazónica, representa caminos eclesiales inéditos en el compromiso con las periferias. El rol eclesial ha sido, por decir lo menos y a pesar de sus muchas limitaciones y graves yerros, determinante en muchos sentidos para este territorio. Los muchos testimonios de fe y entrega de mujeres y hombres misioneros, religiosos, laicos, y de presbíteros y obispos, dan cuenta de una experiencia pastoral de inculturación e interculturalidad posibles que han hecho la diferencia en la vida de tantas comunidades indígenas, mestizas y ribereñas en la Amazonía. Son fuente de esperanza, en medio de otros tantos ejemplos indeseables de un modelo dominador y avasallador eclesial que dista del anhelo del Evangelio para que todos los pueblos tengan vida y vida plena. Pastoral territorial Si bien la presencia eclesial ha sido significativa en muchos casos, también ha sido una presencia absolutamente fragmentada en este inmenso territorio. Hoy el desafío es tan complejo y tan urgente, por las amenazas innumerables contra la vida de los pueblos y del ecosistema Amazónico, que es imprescindible asumir una perspectiva pastoral territorial. Si no creamos nuevos caminos articulados, no tendremos mucho más qué hacer ante la muerte sistemática que pesa sobre este territorio y sus comunidades. Permanecer en silencio, o respondiendo simplemente por vías desterritorializadas y superficiales, será un acto de complicidad con los tantos que despojan y arrancan la vida a la Amazonía y a sus pueblos, poniendo en riesgo el mismo futuro planetario por la interconexión de este bioma y sus pueblos con el equilibrio global. En ese contexto, luego de algunas décadas de múltiples intentos, experiencias, y de encuentros territoriales de intercambio de experiencias eclesiales sobre la Amazonía, se ha detonado un proceso pastoral más orgánico, territorial y articulador de experiencias diversas en este espacio socio-cultural. Este proceso naciente busca tejer paulatinamente, con limitaciones y desafíos, una auténtica pastoral de conjunto. Le puede interesar: #Voces: La territorialidad como espacio para la encarnación y para nuevos caminos pastorales. La experiencia de la REPAM La Red Eclesial Panamazónica (REPAM) ha nacido en abril de 2013 en la periferia amazónica de Puyo, Ecuador, para ser luego formalizada en septiembre de 2014 en Brasilia, con la misión de potenciar la acción que realiza la Iglesia católica en el territorio amazónico, actualizando y concretando opciones apostólicas conjuntas e integrales en el marco de la doctrina y las orientaciones de la Iglesia. Los sujetos prioritarios de la misión de la REPAM son las comunidades y los pueblos indígenas de la Amazonía con su riqueza y diversidad cultural, y los grupos más vulnerables. El Papa Francisco, en el nacimiento de la REPAM, nos interpelaba a considerar que: No podemos vivir solos, encerrados en nosotros mismos: tenemos que amar y ser amados, necesitamos ternura. Solamente de esta manera, el testimonio cristiano puede, gracias a la red, alcanzar las periferias existenciales humanas, permitiendo que el fermento cristiano fecunde y haga progresar a las culturas vivas de la Amazonia (Mensaje del Papa Francisco a la REPAM en su fundación). En este esfuerzo, en permanente reconfiguración, han participado […]
Misión en la Triple Frontera: «Hemos venido más a sumar que a cambiar»
ADN Celam. El convento capuchino de Benjamín Constant, en el lado brasileño de la triple frontera entre Brasil, Colombia y Perú, acogió esta semana un nuevo encuentro transfronterizo de misioneros que trabajan en esta región de la Amazonía, que incluye la diócesis de Alto Solimões (Brasil), el Vicariato de Leticia (Colombia) y el Vicariato de San José del Amazonas (Perú). Articular espacios sinodales El Documento Final del Sínodo para la Amazonía aborda la cuestión de las estructuras sinodales regionales en la Iglesia amazónica, haciendo un llamado a «articular espacios sinodales y generar redes de apoyo solidario«. Por ello, se considera urgente «superar las fronteras que impone la geografía y construir puentes que unan», algo que ya aparece hace 15 años en el documento de Aparecida. Movidos por el deseo de encontrarse y compartir sus experiencias de vida y de evangelización, más de 30 misioneros y misioneras se reunieron, superando las dificultades que las distancias y las dificultades de comunicación y de transporte plantean a la Iglesia en la Amazonía. Estuvieron presentes laicos y laicas, sacerdotes y religiosas y religiosos, mostrando la diversidad misionera presente en la región. Personas de diferentes edades, había misioneros de 22 y 81 años, pero también con diferente tiempo de misión en la región, una semana en la frontera y 24 años de presencia. Criaturas en busca de su Creador Los participantes destacaron la acogida tan fraterna, «vislumbrada en las sonrisas de tantos que sintieron en su propia piel los gritos del pueblo y la naturaleza amazónica que claman por la vida, la justicia, la paz y el cuidado amoroso y esperanzador, pero saben que no están solos porque el Señor de la vida los acompaña. Personas que llegaron y supieron permanecer en este mundo de agua, cielo y tierra como una misión de criaturas en busca de su Creador. Luchadores por la justicia ecológica en las fronteras de la querida Amazonía, proclamamos la fraternidad y la amistad social, denunciando la necropolítica». Como misioneros en la Triple Frontera, el encuentro quiso mostrar que «nuestro grito es por la vida que se esconde en estas fronteras, la dignidad humana, la sostenibilidad, la misericordia, el amor de Cristo que no mata, sino que muere de amor por nosotros», insistieron los participantes en el encuentro, destacando que «al final todos somos hermanos». Encarnación en la actividad misionera El capítulo IV de la encíclica Fratelli tutti ayudó en la dinámica del encuentro, que buscó reflexionar sobre la importancia de un corazón abierto al mundo entero. En esta perspectiva, los misioneros hablaron de los signos de la encarnación en su actividad misionera, insistiendo en la invitación a ser puentes y no muros, actitud más que necesaria en las regiones fronterizas. El encuentro fue una oportunidad para reflexionar sobre el hecho de que «aunque primero hay que dar pan al hambriento y luego el Evangelio, nuestra práctica pastoral no puede detenerse en el asistencialismo», según los participantes. En este sentido, se subrayó que «hemos venido más a sumar que a cambiar«, destacando que «el reto del misionero es saber equilibrar el dar y el recibir en la misión». También se destacó que los misioneros sienten […]
50 años de Santarém: «Renovar, reencarnar, actualizar, esta obra misionera inserta en la historia de la Amazonía»
Bogotá, D. C., 5 de abril de 2022 ADN Celam. Del 24 al 30 de mayo de 1972, el Seminario San Pío X de Santarém acogió un encuentro que muchos consideran decisivo, al marcar las prioridades pastorales para la Amazonía, contenidas en el Documento de Santarém. Del 6 al 9 de junio de 2022, se celebrará una nueva reunión en el mismo lugar, presentada en rueda de prensa el 5 de abril. Cristo apunta a la Amazonía Mons. Irineu Roman considera el encuentro como «un momento oportuno para que la Iglesia de la Amazonía refuerce el espíritu de unidad y colegialidad, expresión del camino sinodal que estamos viviendo«. Según el arzobispo de Santarém, estamos ante una oportunidad para que «la Iglesia experimente una nueva misión en la encarnación en la realidad y una acción liberadora», recordando las palabras del Papa Pablo VI, que dijo que «Cristo apunta a la Amazonía», algo que llama a la «responsabilidad común ante los grandes problemas y a la opción preferencial por los pobres». El encuentro que tendrá lugar en junio es visto por Mons. Irineu Roman como un momento para «renovar, reencarnar, actualizar, esta obra misionera inserta en la historia de la Amazonía«, iniciada hace 50 años. Un encuentro que debe realizarse con espíritu sinodal, viviendo así «una experiencia de fraternidad y de fortalecimiento de nuestro camino eclesial en la Amazonía». Revisar este documento inspirador «Celebrar los 50 años es volver a visitar este encuentro tan importante para nuestra querida Amazonía», afirmó Mons. Leonardo Ulrich Steiner. El arzobispo de Manaos recordó cómo la «preocupación de los obispos reunidos nos hizo pensar en una Iglesia encarnada y en una evangelización liberadora, dos líneas que siguen guiando nuestra evangelización en la Amazonía», lo que debería llevarnos a «revisar este documento inspirador». Mons. Steiner ve lo que ocurrió en Santarém hace 50 años como «el comienzo de los frutos que hemos cosechado con el Sínodo«, de un camino en el que se discutieron cuestiones hasta llegar al Sínodo que nos guía hoy. De hecho, muchos de los elementos del Documento están presentes en el Sínodo, incluso en los sueños del Papa Francisco. A partir de ahí, el arzobispo de Manaos lanzó una invitación: «Dejémonos impregnar por ese espíritu que guio a nuestros hermanos en aquella ocasión, para que sigamos siendo testigos de Jesús, sigamos siendo testigos del Reino de Dios, y busquemos ser una presencia de esperanza para la Amazonía, especialmente para los pueblos originarios, pero también para el medio ambiente que ha sido tan agredido en los últimos tiempos«, insistiendo en la necesidad de «caminar con audacia y coraje en nuestra acción evangelizadora en la Amazonía». Una Iglesia profética que no tiene miedo de defender la vida Santarém fue «una explosión del Vaticano II y de Medellín, que obligó a la Iglesia de la Amazonía a tomar decisiones que orientaron el rumbo de la Iglesia«, según Mons. Roque Paloschi. Fue un momento que «da las indicaciones para una Iglesia como pueblo de Dios, valorando a los laicos, una Iglesia en salida, una Iglesia misionera», según el arzobispo de Porto Velho. Llamó a entender que «volver a […]